Aunque parece contradictorio, sí es posible adelgazar sin pasar hambre. Y no sólo es posible, sino que es la forma más efectiva de adelgazar. En primer lugar porque eliminaremos el hambre, que es la causa principal tanto del abandono de las dietas como de que nos demos un atracón a mediados de semana, cuando ya no podemos soportar más la privación de ciertos alimentos.
Cambiando pequeños hábitos reduciremos entre 300 y 400 calorías diarias, con lo que, además de perder peso, será mucho más difícil que volvamos a ganarlo.
– Desayuna: Si no comes nada por la mañana, además de ralentizar tu metabolismo, la sensación de hambre se irá acrecentando a lo largo de la mañana, y llegarás a la hora del café como un lobo hambriento. Un desayuno con tostadas y mermelada light o incluso la tan mediterránea tostada con aceite (sin pasarte) son saludables y te ayudarán a controlar el apetito.
– Toma hidratos de carbono: No es la pasta, la patata o el arroz lo que te engorda, sino las salsas con las que las acompañas. Acompáñalas con aliños ligeros pero sabrosos y te aportarán pocas calorías. Preferentemente consume hidratos integrales, que te aportarán mayor sensación de saciedad.
– Bebe mucha agua: Lo has oído un montón de veces, pero no por eso debes dejar de hacerlo. Te ayudará a eliminar líquidos y a movilizar las grasas.
– Reduce los productos light: Estos productos nos aportan el mismo número de calorías que los normales e incluso a veces más.
– No abuses de la bollería, platos y salsas preparadas: No se trata de que no vuelvas a comerlos, sino de que no lo hagas todos los días. Estos alimentos aportan lo que se llama “calorías vacías”, que engordan pero no tienen ningún valor nutritivo.