Las sales del mar muerto siguen siendo un producto imprescindible para cuidar el cuerpo y realizar tratamientos de belleza, aunque en los últimos años no se habla tanto ante el lanzamiento de novedades cosméticas y porque la lucha se ha centrado en arrugas y en intentar parecer cada vez más joven. Sin embargo, es conveniente utilizarlas por los múltiples beneficios que tienen entre los que destacan cinco.
Las propiedades
Una de las principales características de este producto es que mejora los problemas musculares y los derivados de una mala circulación como pueden ser, por ejemplo, las varices. También son muy buenas para la piel para ayudar a que no aparezcan eczemas o bien la psoriasis.
Al ser ricas en calcio, son de gran utilidad para fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis, además de que favorece la cicatrización de las heridas y ayuda a mejorar el aspecto de la piel en general.
Las sales del mar muerto también contienen hidrógeno y azufre, dos componentes muy importantes para mejorar la salud de las personas y que tienen un efecto directo en el aspecto de la piel, mejorando su apariencia y haciendo que esté más bonita.
Gracias al yodo, que es un potente antiinflamatorio, permiten recuperar el organismo tras una sesión de ejercicio o bien tras haberse producido una caída o un golpe. Y, finalmente, el bromo tiene un efecto calmante y, a su vez, es un excelente relajante por lo que son idóneas para ayudar a conciliar el sueño.
Y, ¿cómo se emplean para obtener todos estos beneficios? Es sencillo. Habitualmente, se venden en unas bolsas que ya llevan la monodosis a utilizar y que se tiene que verter en agua caliente en la bañera para, luego, añadir agua fría. Después, solo queda disfrutar de un buen baño de no más de 20 minutos de duración. Siempre que se pueda, es mejor hacer el tratamiento por la noche para dormir mejor.