El verano es una época de relax en la que el cuerpo nos pide descanso y diversión. Estamos de vacaciones, tenemos más tiempo libre, salimos más y comemos de forma más relajada, por lo que lo habitual es que engordemos algunos kilos que después nos amargan la vuelta a casa.
Para mantener esos kilos a raya y no perder la línea en verano, es necesario seguir algunos consejos de hábitos cotidianos que nos ayudarán a conseguirlo. Aquí tienes las claves que necesitas saber para que la báscula no te de un disgusto.
Muévete aunque haga calor
Para empezar, no te abandones totalmente al ritmo ralentizado de la época de vacaciones. Claro que te apetecerá dormir más de lo habitual y levantarte más tarde, pero eso no quiere decir que te pases el día sentada. Este es uno de los motivos por los que se puede ganar peso rápidamente. Por eso, muévete. Busca una actividad que te resulte placentera y llévala a cabo.
Marca un horario de comidas, también en vacaciones, si no quieres que el descontrol arruine tu línea. Y busca cosas que te mantengan ocupada, ya que el aburrimiento puede hacer que comas más y peor.
Haz ejercicio. Es verdad que hace mucho calor y no apetece salir a correr, pero si aprovechas las horas más frescas del día, como la caída de la tarde, no tendrás ese problema. También puedes ir al gimnasio, o nadar en la piscina.
Compensa y triunfarás
Y, sobre todo, un último consejo: mantén una alimentación equilibrada. Es fundamental si no quieres engordar en verano. Se trata de comer sano para estar más guapa. No te pedimos que estés a dieta continuamente, ni que enuncies a los placeres del verano (como una cervecita en una terraza o un buen helado si hace calor). Solamente has de compensar los excesos con dieta sana el resto de comidas. ¿Qué ayer saliste a cenar y tomaste más calorías de las habituales? Compensa comiendo hoy un buen plato de verduras.