En más de una ocasión seguro que has tenido que exfoliar los pies para que estén más suaves y quitar las durezas. Lo normal es aplicar cremas para este fin, aunque el proceso suele ser más largo y quizá más latoso. Más fáciles de utilizar son otros métodos como los calcetines exfoliantes con los que se pueden conseguir mejores resultados más rápida y cómodamente.
Consejos
En el mercado hay varias marcas que puedes encontrar que comercializan calcetines exfoliantes, que se utilizan de una manera muy similar. Normalmente, este tipo de productos es para cuando se necesita en los pies un tratamiento ultraintensivo y que, además, sea bastante rápido, ya que el efecto empieza a notarse más o menos en una semana.
Sin embargo, al ser un efecto progresivo, se pueden seguir una serie de consejos para acelerarlo. Y es que el efecto de los calcetines exfoliantes suele ser semejante al de una peladura por lo que pueden ir apareciendo pequeñas pieles en la zona en la zona en la que se ha aplicado la exfoliación.
Acabar con ellas acelera recuperar el buen estado de la piel del pie. Para ello, una buena opción es sumergirlos en agua durante alrededor de 15 minutos aproximadamente. Al sacarlos, las pieles estarán más blandas y se pueden eliminar utilizando, por ejemplo, una lima para pies o una piedra pómez. Ni se te ocurra tirar de ellas.
Además es también muy importante, con independencia de que quites o no las pieles, tener los pies muy bien hidratados tras una exfoliación. La hidratación la puedes hacer con una buena crema específica para esta parte del cuerpo y aplicándola de forma generosa por la zona. Su poder de acción se intensifica si envuelves los pies en papel film y luego pones unos calcetines de algodón 100% y lo dejas actuar. Una opción más cómoda son los calcetines hidratantes, que también comercializan varias marcas.