Las rodillas es una de las partes del cuerpo a las que no se les suele prestar atención. Sin embargo, su piel también requiere cuidados que van más allá de la hidratación porque en ella igualmente aparecen antiestéticas arrugas. Con las medias en el invierno, se puede disimular, pero con el verano, la situación cambia y tienen un mayor protagonismo. Lucirlas perfectas es sencillo con unos simples cuidados.
Los consejos
Las rodillas requieren una serie de cuidados similares a los del resto del cuerpo. Es decir, siempre es importante aplicar una buena capa de crema en ellas tras el baño o ducha y de forma periódica para evitar que la dermis se reseque porque, además, es una piel que es más propensa a la deshidratación tanto en invierno –por el frío o las medias- como en el verano por los rayos de sol.
Las cremas que se emplean no solo deben ser hidratantes, sino también nutritivas y que aporten firmeza para impedir que la piel se descuelgue, sobre todo en casos de pérdida de peso o en los que hay celulitis. La exfoliación igualmente es otra de las claves para eliminar las células muertas de esta parte del cuerpo y que la piel se regenere más fácilmente.
Pero, aparte de estas pautas genéricas, se pueden seguir otra serie de cuidados como la aplicación de mascarillas específicas. En realidad, en esta zona del cuerpo pueden aplicarse las corporales que se utilicen de forma habitual, aunque hay también mascarillas caseras que ayudan de una forma más específica a mantener la piel en perfecto estado y a frenar la aparición de arrugas.
Una de las más efectivas es la realizada con leche y con aceite de germen de trigo, componente este último que es muy rico en vitamina E y que ayuda a regenerar los tejidos, aparte de ser de utilidad para eliminar las manchas.
La mascarilla se prepara con cuatro cucharadas de este aceite y medio vaso de leche, teniendo que hacer una mezcla que se empapa en unos paños para colocarlos sobre las rodillas en las que debe permanecer sobre media hora aproximadamente. Posteriormente, se aclara con agua abundante y se seca la zona para, luego, poner la crema corporal.
Y, por supuesto, hay que evitar malas posturas y cruzar las piernas, así como estar en posiciones en las que el peso recaiga sobre las rodillas. Así que cuidado también con los ejercicios que se hacen.