La caída de pelo es habitual en las mujeres. En realidad, cabello se pierde todos los días. El problema está cuando la cantidad es elevada. Normalmente, este tipo de problemas son ocasionales y transitorios en las mujeres, pero no por ello hay que dejar de prestar atención. A la primera señal, es conveniente seguir una serie de cuidados y consejos. Aquí te contamos lo que puedes hacer en determinados casos que, además, no siempre requieren de tratamiento, sino de un cambio de hábitos.
Sueño
La caída del cabello puede estar relacionada con el insomnio. Son los casos en los que se observa que cada vez haya más pelo en la almohada de la cama. Es una causa tras la que está el hecho de que se altera la renovación capilar al no dormir bien.
Para evitar la caída de pelo por estos motivos, es importante mantener el estrés bajo control para que no se produzca una pérdida de densidad, se empeore la microcirculación y, en consecuencia, descienda el porcentaje de cabello en fase de crecimiento.
Además, no es bueno estar en la cama ni en las horas previas a dormir con el teléfono o la tableta porque se produce un sobreestímulo que dificulta conciliar el sueño. Y, si aún con todo cuesta dormirse, se puede recurrir a tisanas relajantes de verbena, pasiflora o azahar, así como al yoga, meditación u otras actividades que favorezcan la relajación.
Alimentación
La caída del cabello también puede estar relacionada con la alimentación o con tener anemia. Las dietas demasiado estrictas hacen que el pelo se debilite y caiga. Lo mejor en estos casos es seguir una dieta equilibrada y reforzarla con complementos dietéticos durante el tiempo que se caiga el cabello, que contengan vitaminas B, zinc y silicio.
Si la causa que explica que el pelo se caiga es la anemia o falta de hierro, se deberán seguir las pautas marcadas por el médico. En general, se tiende a aumentar el aporte de hierro a través de la dieta, tomando más legumbres, carne roja, berberechos o verduras de hoja verde. En algunas ocasiones, se prescriben suplementos de hierro.
Además de estas pautas, también se pueden seguir otros consejos a la hora de lavar el cuero cabelludo. Es un momento en el que se deben dar masajes con la yema de los dedos como si se quisiera despegar el pelo de la raíz. El objetivo es facilitar la microcirculación de la sangre en la zona para que llegue a los folículos pilosos.
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