Estrías: las claves para tratarlas y evitar que aparezcan

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Las estrías son uno de los principales problemas de belleza a los que se enfrenta una mujer. Y es que muchas veces evitar su aparición no está en nuestras manos, ya que estas marcas –de color rosado, rojizo, violáceo o blanquecino según el tiempo de aparición en la piel-, que salen en vientre, caderas, muslos, senos, rodillas y brazos suelen aparecer por el embarazo y cambios hormonales, aunque igualmente se pueden producir por aumentos o pérdidas de peso notables, entre otros factores. Prevenirlas es la mejor baza, aunque los tratamientos, una vez han hecho su aparición, han avanzado mucho para que se noten menos porque eliminarlas al 100% es complejo y no siempre se consigue.

Prevención

Para prevenir las estrías, las mujeres tienen que extremar los cuidados, sobre todo, si se encuentran en un momento de sus vidas en el que, por las causas que hemos comentado, anteriormente, pueden aparecer. Para evitarlo, lo mejor es mantener la piel muy hidratada, teniendo que aplicar cremas específicas todos los días a lo largo de la vida.

Además, igualmente importante es cuidarse, adoptando buenos hábitos como hacer ejercicio físico, beber agua y seguir una dieta saludable con carne, pescado y huevos, así como con alimentos que son ricos en vitaminas A, C, E y del grupo B –son las frutas y verduras frescas, aceites y cereales-, para evitar el riesgo de que aparezcan y controlar el peso.

Tratamientos

Una vez han hecho su aparición, existen varias opciones, pero siempre hay que tener en cuenta que cuanto antes se actúe mejor resultado se va a obtener. Una de las alternativas es utilizar cremas anti-estrías, que se definen por ser hidratantes y también reparadoras siendo importante que incluyan componentes como el aceite de rosa mosqueta o la centella asiática. La constancia es un plus, teniendo que aplicarlas dos veces al día con un ligero masaje en la zona para estimular el funcionamiento de las células y la regeneración.

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En el caso de que estos productos no funcionen, todavía hay más opciones que vienen de la mano de tratamientos de estética en los que hay que consultar siempre con un especialista y ponerse en manos de expertos.

Por ejemplo, se puede optar por el láser ablativo, que elimina las capas de la piel superficiales al mismo tiempo que activa la producción de colágeno o elastina, así como por el peeling, que reduce la cicatriz y favorece la formación de piel nueva a través de la abrasión.

Otros tratamientos son la mesoterapia, para infiltrar activos que estimulen la regeneración de la piel, o la radiofrecuencia, que aumenta la circulación y la producción de colágeno elevando la temperatura de la zona. Y, finalmente, otra posibilidad es hacerse un tratamiento con luz pulsada, que actúa de forma similar a la radiofrecuencia.

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