Vientre

Para tener un vientre plano y sin flacidez, uno de los mejores tratamientos es la mesoterapia con silicio orgánico, ya que ayuda a reestructurar las fibras de colágeno. Esto permite que la piel esté más tersa.

Este sistema consiste en unas inyecciones subcutáneas –no suelen doler-, que se ponen en la zona del abdomen. Los resultados pueden notarse ya en la primera sesión, aunque se perciben más a partir de la tercera.

Brazos y rodillas

Estas dos zonas forman parte también de las más complicadas en las mujeres. En esta ocasión, la solución pasa por los hilos tensores. Es un sistema con el que se obtienen buenos resultados en las rodillas y en la cara interna de los brazos.

El tratamiento consiste en insertar con una aguja los hilos tensores para crear una malla que redensifica la piel. El efecto tensor máximo se produce a los cuatro meses y suele durar un año y medio aproximadamente.

Glúteos

Y, ¿qué se puede hacer en los glúteos? La solución pasa por el tratamiento RXZ, que pone el foco en la parte alta de los muslos y en la baja de los glúteos. En este caso, se emplean unos activos lipolíticos y reafirmantes que penetran con la ayuda de un inyector y de unos guantes remodelantes. Son necesarias varias sesiones. En general, se calcula entre 10 y 12, aunque todo depende del estado inicial de la persona.

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Ejercicios sencillos

Uno de los mejores ejercicios que se puede hacer para tener unos brazos firmes y torneados es ponerlos en cruz y abrir y cerrar los puños con fuerza de manera reiterada.

Otro ejercicio es estirar los brazos rectos hacia delante, poniendo los puños hacia arriba. Desde esa posición, se flexionan los codos 90 grados para formar un ángulo recto y volver a estirar y así sucesivamente.

Además, otro ejercicio bastante efectivo es estirar los brazos hacia abajo, pero manteniéndolos pegados al cuerpo. Desde ahí, se suben los puños a la altura de los hombros para, luego, bajarlos. Este movimiento es el que se tiene que repetir en varias series.

Y, finalmente, dentro de la tanda de ejercicios más sencillos, también puedes practicar otro. Consiste en cruzar las manos a la espalda, pero sin flexionar los brazos. Desde esa posición, se debe intentar levantarlas.

Ejercicios más complejos

Aparte de los que ya hemos comentado anteriormente, hay otros ejercicios que se pueden poner en práctica. Son un poco más complicados que los anteriores, pero igualmente sencillos y fáciles de realizar.

Por ejemplo, uno de ellos es colocarse delante de la pared y apoyar las manos juntas para empujar con el fin de alejar el cuerpo, volviendo luego a la posición inicial para repetir de nuevo el movimiento.

Finalmente, la tabla debe incluir otro ejercicio más. Se trata de subir los brazos estirados por encima de la cabeza, flexionar el codo y tocar con la mano la nuca primero, realizando este gesto primero con un brazo y luego con el otro. Así, se produce un movimiento alterno.

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Cuidados

La piel de los brazos, al igual que la del rostro y la del resto del cuerpo, va perdiendo firmeza. Un motivo por el que es importante aplicar cremas para hidratarla y nutrirla, además de ayudar a regenerarla para que el paso del tiempo no se note, sobre todo, en la parte interna de los brazos.

En general, suele ser suficiente con aplicar una buena crema hidratante y nutritiva como la que emplees habitualmente para el cuerpo, poniendo una capa abundante. Sin embargo, cuando se tiene problemas de flacidez, cúmulos de grasa o no se ha cuidado adecuadamente la piel, es clave utilizar productos específicos.

En concreto, lo recomendable es emplear cremas específicas para los brazos para que estén más tonificados y remodelados, además de más definidos. De hecho, se pueden encontrar diferentes cremas para hacer frente a los diversos problemas que se localizan en esta parte del cuerpo como reducir la grasa o la necesidad de reafirmar o tonificar, entre otros.

Pero no todas valen. Estas cremas, para que sean de verdad efectivas, deben tener en su composición activos drenantes para que evitar la retención de líquidos en los tejidos.

También es conveniente que incluyan principios para proteger las fibras de colágeno y que ayudan a redensificar la zona para que esté más firme. Ingredientes como la cafeína, el extracto de plancton, colágeno, ácido hialurónico o silicio orgánico son perfectos aliados.

Por ejemplo, se encuentran en cremas específicas de marcas como E’lifexir, Collistar o Vichy, que además son efectivas y no tienen un precio muy elevado. Pero tienes diversas opciones.

¿Cómo se usan?

Estas cremas se aplican dando un suave masaje en la zona para que penetren bien. Es siempre mejor ponerlas después de la ducha porque así se consiguen mejores resultados.

Además, mientras te duchas, puedes aprovechar para activar la circulación sanguínea de la zona con la ayuda de un guante de silicona para darte un masaje. Así la zona estará más preparada para recibir los aportes de las cremas.

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Cosmética

Conseguir unos brazos más firmes y torneados se asienta en varios pilares. Uno de ellos es la cosmética, que es uno de los mejores aliados. En este caso, lo que hay que hacer siempre es extender una loción reafirmante todos los días.

Su aplicación debe realizarse a través de movimientos verticales, incidiendo más en la zona próxima al tronco. Es decir, en esa parte del brazo que se conoce como alas de murciélago porque es la que más tiende a descolgarse.

Dieta

Por supuesto, la alimentación es otra de las grandes líneas de acción para conseguir unos brazos más torneados y firmes.

Aunque muchas veces es más bien un problema de hormonas porque los niveles bajos de testosterona favorece que se acumulen gracias en esta parte del cuerpo, lo cierto es que se pueden tomar algunas medidas alimenticias.

Lo más recomendable es incluir en la dieta alimentos que sean ricos en zinc. Por ejemplo, se encuentra en la carne roja magra, en legumbres, cereales integrales o en moluscos.

Ejercicio

Para tornear los brazos, el ejercicio es una de las principales claves, aunque tampoco se consigue nada por sí mismo si luego se tienen malos hábitos alimenticios.

El mejor ejercicio que puedes hacer es levantar pesas porque es de gran ayuda para quemar la grasa localizada y definir los músculos.

Es conveniente comienzar siempre con poco peso, pero con muchas repeticiones que deberás realizar todos los días. Luego se puede ir subiendo el peso para ir ganando en intensidad en el ejercicio.

Además, si te gusta ir a la piscina y nadar, la natación es una de las mejores opciones para tonificar los brazos en poco tiempo. De hecho, es un ejercicio muy completo para esta zona del cuerpo.

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Brazos

Para conseguir afinar los brazos, uno de los ejercicios más específicos que hay consiste en coger una pesa en cada mano –puede ser una botella o botellín de agua-, y separar las piernas más o menos manteniendo una distancia similar a la anchura de los hombros. Desde esa posición, se tienen que flexionar el tronco ligeramente por la cintura y los brazos por la altura de los codos.

A partir de ahí, se tienen que estirar los brazos y elevarlos lateralmente hasta la altura de los hombros para, luego, volver a la posición inicial. Un movimiento que conviene realizar unas 15 veces.

Brazos y piernas

También se pueden realizar otros ejercicios con los que se trabajan los brazos, pero que igualmente requieren esfuerzo en las piernas. Uno de ellos consiste en ponerse de pie con las piernas separadas -más o menos con la distancia de la anchura de los hombros-, y elevar los brazos por encima de la cabeza, juntando las manos con las puntas de los dedos.

Desde esa postura, se tiene que dar un salto hacia arriba mientras los brazos se bajan para colocarlos a lo largo del tronco y volver de nuevo a la posición inicial. Un ejercicio que es suficiente con hacerlo diez veces.

Otra alternativa, aunque se pueden realizar una tabla con los tres ejercicios, se centra en separar un poco las piernas y flexionarlas por la rodilla y elevar los brazos, flexionando por el codo para formar con ellos un ángulo de unos 90 grados. Es recomendable utilizar pesas o bien unos botellines de agua en su lugar.

Cuando ya se está en esa posición, se tienen que dirigir los brazos flexionados por el codo hacia el frente como si te quisieras tapar la cara con los antebrazos. Esta postura se debe mantener unos segundos para luego volver al inicio. Con 15 veces que se haga, es más que suficiente.

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Cosméticos

Lo mismo que hay anticelulíticos, también hay marcas que disponen de productos para los brazos con el fin de moldearlos, reducir las grasas que se acumulan en ellos y reafirmarlos. Lo más recomendable es siempre aplicar uno que sea reafirmante, teniendo que extenderlo por la zona con un masaje ascendente, que vaya desde el codo hasta la axila y el hombro. Además, en aquellos casos en los que haya grasa, también es conveniente aplicar un anticelulítico.

Centros de belleza

Aquellas mujeres en las que la flacidez sea más que incipiente, es aconsejable que se hagan tratamientos en centros de belleza, que se centren en estimular el colágeno y tensen la zona para mejorar el descolgamiento.

Dentro de las opciones que hay y con las que, en general, se pueden obtener buenos resultados está la radiofrecuencia, que consiste en unas ondas electromagnéticas que calientan la piel y se produce la quema de grasa.

Otra alternativa son los ultrasonidos, que se basan en ondas vibratorias que rompen la grasa y estimulan la circulación. Finalmente, se puede elegir la electroestimulación, que es una corriente eléctrica de baja intensidad que aumenta la circulación y la producción de colágeno.

Quirófano

Para casos más extremos, las soluciones pasan por hacer unas intervenciones más específicas. Una de ellas es la denominada braquioplastia, también conocida como lifting de brazos, que consiste en cortar la piel que cuelga.

Otra alternativa para los casos en los que hay acumulación de grasas es la liposucción, cuya técnica es similar a la que se emplea para quitar la celulitis de las piernas. En algunas mujeres puede ser incluso necesaria una combinación de ambas.

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Elevaciones

Para hacer este ejercicio, tienes que ponerte de pie y con las rodillas ligeramente flexionadas. A continuación, hay que coger una mancuerna –si no tienes pueden ser dos botellas pequeñas de agua mineral-, en cada mano. Desde esa posición, se debe comenzar el movimiento, teniendo que elevar los brazos de forma lateral hasta llegar a la altura de los hombros, de manera que queden alineados con los codos y muñecas. Luego hay que bajar y volver a subir. Así hasta quince veces.

Extensiones

Este otro ejercicio también se realiza de pie y con las piernas ligeramente flexionadas. En este caso, hay que coger una mancuerna con las dos manos y elevar los brazos hacia el techo. Desde esta postura, hay que comenzar a bajar los brazos, doblándolos por el codo, en dirección hacia la nuca y la espalda. Luego, toca a subir hasta el techo y volver a bajar. Así sucesivamente. Este movimiento también es recomendable hacerlo quince veces.

Sentadillas

Aunque, normalmente, las sentadillas se realizan para trabajar los glúteos, también es un ejercicio que permite tonificar los brazos. Para ello, tienes que coger una mancuerna con cada mano y extender los brazos a lo largo del cuerpo. De este modo, mientras se flexionan las piernas, se tienen que elevar los brazos hasta la altura del hombro, volviendo a bajarlos cuando se estiran las piernas y se vuelve a la posición vertical. Igualmente, es aconsejable realizarlo quince veces.

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Los ejercicios

Esta mayor rapidez viene también de la mano de unos ejercicios específicos, que son ligeramente más duros que los que hemos propuesto otras veces. Son las flexiones, que son una forma mucho más efectiva de tener los brazos en forma. Este tipo de actividad también se puede hacer en casa, haciendo uso de objetos que se tienen en el hogar.

En concreto, nuestra propuesta son dos tipos de flexiones que centran todo el esfuerzo en los brazos, trabajando todos los músculos. En primer lugar, necesitamos, como siempre, ropa cómoda y también una silla que sea resistente o una superficie firme que permita hacer los movimientos.

El primer ejercicio consiste en sentarse en la silla. Desde ahí, hay que colocar los brazos y sujetar el borde del asiento con las manos para ir dejando de apoyar el cuerpo, de manera que quede en el aire y tan solo se tengan apoyadas las manos en la silla y los pies en el suelo. Desde ahí, hay que doblar los brazos por los codos subiendo y bajando todo el peso del cuerpo, pero solo haciendo el esfuerzo con los brazos.

La otra flexión consiste en colocarse de pie frente a la silla para luego apoyar las manos sobre el asiento mientras se estiran las piernas y los pies y se mete tripa. Desde esa postura, hay que doblar los brazos igualmente por los codos para subir y bajar todo el cuerpo. Igualmente, el esfuerzo tiene que hacerse solo con los brazos. No vale ayudarse de nada más.

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Ejercicios

El proceso de transformación lo vamos a hacer en tres pasos. Para todos ellos necesitamos unas mancuernas o pesas o, en su defecto, unos botellines de agua de medio litro. Y, como siempre también, ropa cómoda. Una vez lo tenemos todo, toca comenzar.

El primer ejercicio consiste en ponerse de pie con las rodillas ligeramente dobladas y con la espalda recta, siendo este el punto de partida para los tres ejercicios que vamos a realizar. En esa postura, hay que subir los brazos hasta formar con ellos una cruz con el tronco. Desde esa posición, se deben doblar por los codos, es decir, que la pesa vaya casi a tocar la oreja. Luego hay que extender y volver a doblar y así sucesivamente.

Para el otro ejercicio solo necesitaremos una pesa. Hay que elevar los dos brazos y sujetar con ambas manos esa mancuerna, de forma que quede sobre la cabeza. Desde esa posición, hay que doblar los codos llevando la pesa hacia atrás, de manera que quede por detrás de la cabeza. Luego hay que subir hasta la postura inicial. Por supuesto, el movimiento hay que repetirlo como siempre 15 veces en tres tandas.

La sesión de trabajo para los brazos finaliza con un último ejercicio. Tenemos que volver a extender los brazos para formar una cruz con el cuerpo, desde ahí hay que doblarlos por los codos y sujetar con cada mano una pesa que debe quedar más o menos a la altura de las orejas. Desde esa posición, hay que mover los brazos hacia arriba extendiéndolos de manera que casi las pesas se toquen cuando están sobre la cabeza. Luego hay bajar para volver a la posición inicial y repetir el ejercicio varias veces.

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Los ejercicios

Realmente, como en todo ejercicio físico, hay que tener muy claro que no existen los milagros y que los resultados que se consiguen son fruto de la constancia. Y más en este caso porque los brazos son una de las zonas más difíciles del cuerpo de la mujer y que puede tardar más en notar resultados porque, a diferencia de los hombres, se tiene menos masa muscular.

Pero no está todo perdido. En primer lugar, hay que hacerse con unas mancuernas. Su peso variará según la fuerza que tenga cada mujer. No obstante, lo recomendable para empezar es medio kilo o un kilo como máximo para poder tonificar pero que no se coja volumen. En el caso de no tenerlas en casa, se puede optar por otros artículos como botellines de agua por un peso equivalente.

Con esto, hay que empezar a tomar posición. Los dos ejercicios se realizan de pie. La mejor posición es tener las piernas ligeramente abiertas, de manera que esa apertura coincida más o menos con la distancia existente entre los hombros. Las dos rodillas tienen que estar ligeramente flexionadas, estando en una posición cómoda.

Con esta base. Hay que coger una mancuerna en cada mano con los brazos estirados y paralelos al cuerpo. A continuación se tiene que empezar a flexionar por los codos para subir la mancuerna en dirección al hombro contrayendo el bíceps para posteriormente ir bajando poco a poco a la posición inicial. La respiración es muy importante para conseguir mejores resultados. Se debe inspirar al subir hacia el hombro y expirar en la bajada. Como siempre, hay que repetir el ejercicio 15 veces, haciendo un total de tres repeticiones.

El siguiente ejercicio puede que cueste más hacerlo porque es específico para la parte interna del brazo, que es dónde tiende a aparecer la flacidez. Hay que levantar el brazo cogiendo la mancuerna y pasarlo por detrás de la cabeza, flexionando el codo. Tras ese punto de partida. Hay que levantar la mancuerna para que el brazo vuelva a estar totalmente estirado. Llegado a ese punto, hay que volver a bajar flexionando de nuevo por el codo. Para mayor efectividad y hacer el ejercicio de forma correcta, con la otra mano puedes sujetar el bíceps para que esa parte del brazo no se mueva y este siempre en la misma postura, de manera que sólo se produzca la flexión a partir del codo. Notarás la diferencia.

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Para solucionar estos problemas, podemos utilizar una serie de tratamientos naturales que nos ayuden a recuperar la belleza de nuestros brazos y poder lucirlos sin complejos en esta estación.

Eliminar granitos

Crema exfoliante para brazos: Para prepararla necesitas cuatro fresas grandes, una cucharadita de miel, una cucharada de yogur y una cucharada de fécula de maíz. Comienza machacando las fresas y cuando tengas un puré con ellas, añade el resto de los ingredientes, mezclándolos bien.

Aplica la preparación sobre los brazos y después, con un guante de crin, da un masaje circular en los brazos, sin hacer demasiada presión. Deja actuar después la mezcla durante veinte minutos y finalmente aclárate con agua fría.

Combatir flacidez

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– Melón: Prepara una taza de zumo de melón y, con una gasa, empapa de zumo la zona del brazo donde notas más flacidez. De este modo, al tonificas y eliminas la flacidez, al tiempo que suavizas la piel.

– Mascarilla de miel: Mezcla una cucharada de miel, una cucharada de aceite de oliva y una yema de huevo, integrándolo todo bien. Aplica entonces la mezcla sobre la parte flácida de los brazos, dejándola reposar durante un cuarto de hora y termina aclarándote con agua fría. Además de eliminar la flacidez, esta mascarilla te proporcionará una piel suave e hidratada.

– Mascarilla de melón y manzana: Prepara un vaso de zumo de melón y otro de zumo de manzana y mézclalos. Aplica la mezcla sobre los brazos al igual que en la preparación anterior. Haciéndolo todos los días, notarás cómo mejoran los brazos flácidos y el aspecto de la piel.

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En estos casos, es posible acudir a uno de los muchos métodos que tenemos a nuestro alcance para depilar los brazos, eliminando así casi instantáneamente el problema, aunque debamos volver a hacerlo de forma periódica. Dependiendo del tipo de vello y del color de nuestra piel, podemos utilizar diferentes métodos:

– Cera depilatoria: Los expertos recomiendan, en caso de decidirnos por ella, utilizar cera tibia o fría. La ventaja de este método es que los resultados son duraderos, porque elimina el vello de raíz y retarda su crecimiento. Es importante tener en cuenta que deberemos siempre aplicar la cera en la dirección del vello para una mejor eliminación del mismo. Después de la depilación, pon un poco de aloe vera en la zona depilada, lo que te aliviará ayudará a calmar la posible irritación de la piel.

– Depilación láser: Este método te permitirá eliminar el vello para siempre, aunque tiene el inconveniente de que resulta mucho más caro. La ventaja es que desde la primera sesión percibiremos una disminución en la cantidad de vello.

La maquinilla, las cremas depilatorias o la electrolisis no son técnicas recomendadas a la hora de depilarnos los brazos. En los dos primeros casos, reaparecerá el vello con rapidez y más oscuro, lo que puede agravar el problema y la crema puede provocar reacciones en la piel si la tenemos muy sensible. En el caso de la electrolisis los expertos no la recomiendan porque puede resultar muy dolorosa en esta zona.

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El único modo de lograrlo es realizando ejercicios específicos para mantener los músculos tonificados y evitando que se acumule la grasa y los líquidos retenidos, pero incluso así no siempre obtenemos los resultados que esperamos después de todo el esfuerzo que invertimos. Para ayudarte a lograr unos brazos firmes y definidos, puedes utilizar una serie de recetas naturales que te ayudarán a combatir la flacidez de los mismos:

– Zumo de melón y manzana: Mezcla dos tazas de zumo de melón con la misma cantidad de zumo de manzana. Aplícalo por todo el brazo, insistiendo en las zonas donde notes mayor flacidez. En ellas, cuando lo apliques, debes masajearlas realizando una suave presión para ayudar a la eliminación de las grasas. Después deja actuar la mezcla durante veinte minutos y finalmente aclárate con agua tibia. Aplícalo dos veces por semana.

– Zumo de melón y limón: Lava y corta un melón pequeño en varios trozos. Extra entonces la pulpa del mismo y licúala con un poco de agua y el zumo de un limón de tamaño mediano. Una vez licuada, empapa una gasa con el zumo resultante y aplícalo sobre la zona donde se concentra la flacidez del brazo. Lavar y partir un melón pequeño en varias partes. Extraer su pulpa y colocar en la licuadora junto con un poco de agua y el jugo de un limón mediano. Licuar por unos instantes. Remojar una gasa con esta preparación y colocar en la parte colgante del brazo. Déjala actuar por veinte minutos y aclárate con agua tibia tirando a fría.

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Sin embargo, cuando la flacidez es muy grande o no le hemos prestado atención desde el principio, resulta mucho más difícil eliminarla tan sólo haciendo ejercicio, aunque para lograrlo podemos realizar uno de los muchos tratamientos que la medicina estética pone a nuestra disposición para poder volver a lucir nuestros brazos:

– Carboxiterapia: Consiste en inyectar CO2 en la zona donde se desea reducir la flacidez, y además se consigue también rejuvenecer la piel de la zona y eliminar también la celulitis, problema que suele acompañar siempre a la flacidez, eliminando así parte de la grasa sobrante de los brazos.

– La Radiofrecuencia es otra de las técnicas más utilizadas para esta parte del cuerpo. Con esta técnica se calientan las capas más profundas de la piel, reduciendo así los depósitos de grasa localizada, reafirmando así el tejido de la piel y reduciendo la flacidez.

– Liposucción y lifting: La primera nos ayuda a eliminar la grasa superficial, por lo que suele ir acompañada de una eliminación de la piel sobrante, lo cual deja una pequeña cicatriz a la altura de la axila. El lifting se utiliza si existe mucha flacidez, aunque hay que consultar con el profesional antes de someternos a esta técnica, ya que nos puede quedar una pequeña cicatriz como en el caso de la liposucción o una más grande que recorra la parte interior del brazo de la axila hacia el codo.

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Aplicarnos diariamente cremas y otros productos que nos ayuden a combatir la celulitis y a reducir volumen es esencial. Debemos ser constantes, aplicándolas siempre con un suave masaje desde el codo hasta el hombro, haciendo especial hincapié en la zona de los tríceps, donde nuestros brazos se vuelven flácidos y cuelgan.

Si notamos que la piel comienza a descolgarse, deberemos ejercitarlos, preferentemente utilizando pesas de uno o medio kilo. De este modo los tonificaremos sin crear musculatura. Al igual que en el caso de las cremas, debemos ser constantes y realizar una rutina de ejercicios al menos tres veces a la semana. Si no tienes pesas, puedes utilizar botellas de agua de medio litro o latas de medio kilo de peso. Una buena idea es realizar los ejercicios mientras ves tu programa favorito. De ese modo estarás entretenida mientras lo realizas y evitarás pasar muchas horas sentadas delante de la televisión.

Si aún no has conseguido tu objetivo y tienes que lucir los brazos, puedes aplicarte un maquillaje corporal muy oscuro en la parte superior del brazo, con lo que inmediatamente se verá más fino. Debes, eso sí, difuminar muy bien el maquillaje para que no sea notorio. El efecto es el mismo que el del bronceado, en el que el dorado de la piel ayuda a que lo brazos se vean más finos.

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