Mercing de bronceado

Este nombre de mercing de bronceado es el que se ha dado a una nueva técnica de maquillaje que no es más que fusionar el bronzer con la crema hidratante. Esto permite conseguir un buen tono de piel sin haberse expuesto al sol.

Aplicación

La aplicación de esta técnica es muy sencilla. Tan solo hay que coger un poco de crema hidratante –más o menos del tamaño de una nuez-, y mezclarla con una gota del bronzer. Esta combinación, se extiende de forma uniforme por todo el rostro o la zona que se quiera lucir como si se hubiera bronceado.

No obstante, esta cantidad puede variar y se debe ir aumentando conforme se desee conseguir un tono más oscuro. La gota es suficiente para lucir una piel bronceada, pero de manera natural.

Trucos

Para conseguir un mejor resultado, una de las claves está en utilizar un bronceador que tenga textura líquida o bien un suero, ya que se fusiona mejor con la piel y no se produce el efecto máscara.

Además, el merging de bronceado también funciona mejor si la crema hidratante no tiene acabado en gel. Hay que tener en cuenta que las texturas sedosas o bien que son untuosas permiten una mejor fusión y sellado del producto.

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Protección solar

Elegir protector solar es totalmente fundamental para que no aparezcan arrugas en la piel al tomar el sol. Es importante hacer una buena elección porque no todas valen. Sobre todo hay que fijarse en el filtro solar.

Por ejemplo, para el rostro, hay que utilizar una crema que tenga un filtro solar alto, siendo recomendable de 30 como mínimo. También es importante que incorpore activos antioxidantes de efecto antiedad como las vitaminas C y E.

La crema solar debe aplicarse correctamente para que no disminuya su efecto. La cantidad adecuada es el equivalente a una cucharilla de café para todo el rostro. Es clave extenderla bien y repetir la aplicación cada dos horas o después de bañarse.

En las zonas que son más delicadas como la frente y la nariz, deben utilizarse medidas de protección adicionales como sombreros y pamelas de ala ancha. También es conveniente utilizar gafas de sol con filtro UV para proteger la piel de los ojos, que es especialmente sensible, con el fin de prevenir las patas de gallo. Igualmente, los labios deben protegerse con cacaos o bálsamos con filtro solar alto.

Dieta

Además de los cosméticos y cuidados adicionales, también es importante vigilar la dieta y alimentos que son muy buenos protectores de la piel. Son, por ejemplo, todas aquellas frutas y verduras de color naranja y amarillo. Entre ellas, están la zanahoria, el melón o el melocotón.

También es bueno tomar frutos secos porque son ricos en vitamina E, que ayuda a combatir el daño celular y los síntomas del fotoenvejecimiento. El aceite de oliva y el pescado azul tampoco pueden faltar en tu dieta por los ácidos grasos esenciales que contienen y que mantienen la piel hidratada y más flexible.

Cuidados adicionales

Tras el día de sol, al llegar a casa, también es importante seguir una serie de consejos. Uno de ellos es aplicar aftersun o cremas que aporten hidratación a la piel para reparar el daño que ha sufrido a lo largo del día.

Además, es fundamental utilizar una crema de noche especialmente activa y que incorpore agentes como los alfahidroxiácidos o el ácido retinoico para renovar la piel.

Y, sobre todo, no hay que olvidarse de beber abundante agua para evitar la sequedad de la piel y estar siempre bien hidratada. Esto debe hacerse antes, durante y después de exponerte al sol.

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Los trucos

Una de las opciones que se tienen son los maquillajes o polvos compactos que aportan un acabado como si se hubiera tomado el sol. En estos casos, para conseguir un mejor efecto y aplicación, es preferible aplicar una buena base unificadora del rostro para que luego el tono quede uniforme y también se pueda extender mejor.

No obstante, en el caso de que se quiera un acabado más natural es suficiente con aplicar unos polvos de sol. La clave de la aplicación de este producto está en simular en el rostro la forma del número 3. De este modo, las curvas tienen que coincidir más o menos con las sienes, pómulos y mandíbulas. Una vez realizado el trazo, hay que difuminarlo con una brocha con la que, posteriormente y cuando queda en ella poco producto, se debe dar otro toque en la frente, puente de la nariz y barbilla.

Ya sean maquillajes o polvos compactos, polvos de sol… o cualquier otro producto que se elija con acabado bronceado, se debe tener en cuenta que no tienen que ser brillantes, sino mates, cuando se van a lucir por el día. Sin embargo, por la noche, están permitidos los que aportan pigmentos irisados.

Y otra precaución. Si se tiene la piel grasa o muy seca es mejor no utilizar polvos compactos, sino optar por texturas en gel o crema, que se tienen que aplicar tras una buena aplicación de la hidratante para que queden uniformes y no se produzcan manchas.

En el caso de haberse excedido en la aplicación de cualquiera de estos productos, se puede utilizar un disco de algodón para retirar un poco. Y ojo porque no hay que olvidarse de extenderlo en la parte inferior de la mandíbula y por la parte del cuello para que no se note el efecto careta.

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Los consejos

La cosmética es de gran ayuda para conseguirlo. Es muy importante utilizar cremas específicas para después del sol durante estos días para mantener el nivel de hidratación y que la piel no pierda su brillo, puesto que es habitual que los días posteriores de la vuelta de vacaciones la dermis se muestre más seca haciendo que el moreno luzca menos.

Además, también puedes adoptar otra serie de consejos. Por ejemplo, son de gran ayuda para el rostro los polvos bronceadores, siendo los más favorecedores los que tienen un acabado nacarado porque hacen que el moreno parezca más natural. Lo mejor es aplicarlos en la zona de la frente, nariz y barbilla para conseguir una mayor luminosidad.

Otra alternativa que tienes es emplear los aceites autobronceadores, aunque en mi opinión son más aconsejables cuando el moreno empieza a marcharse porque permiten tener un tono más sublime. Sin embargo, también los puedes emplear para prolongar el bronceado, aunque utilízalos con cuidado para no estar morena en exceso.

También hay que prestar atención al escote, que es una de las zonas que más se siguen mostrando estos días. Para ello, la mejor opción son los aceites naturales, que lleven activos calmantes porque esta parte del cuerpo es especialmente sensible.

Y, para el resto del cuerpo, sobre todo brazos y piernas, aplica brumas porque gracias a sus micropigmentos hacen que la piel esté radiante. Para la noche o evento especial, o simplemente porque quieres un toque más sofisticado, prueba con los polvos iluminadores. Su aplicación se hace solo sobre los hombros, clavículas y espinillas.

Finalmente, vigila la alimentación potenciando todos aquellos alimentos que activan la melanina como es el caso de las zanahorias, el melón o los tomates.

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Los cuidados

Y la clave no es otra que los alimentos que se ingieren. Ya es sabido que hay frutas, verduras y hortalizas, como puede ser la zanahoria, que ayudan a ponerse moreno. Pero la importancia de la alimentación en el bronceado va mucho más allá. Y es que hay alimentos que ayudan a preparar el cuerpo y otros a broncearse.

Para sacarle el máximo beneficio a los rayos solares, sin perder salud, antes de exponerse al sol es conveniente preparar el organismo. En esta etapa es importante consumir productos integrales como puede ser el pan, el arroz o la pasta para tener un mayor aporte de vitamina B.

También se precisan antioxidantes como los que se encuentran en los frutos rojos o en el vino. Las vitaminas son igualmente esenciales y se pueden ingerir a través del consumo de frutas o zumos. Los mejores son los de zanahoria y de arándanos.

En esta primera etapa son vitales las verduras porque muchas de ellas estimulan la melanina, ayudando a que la piel se broncee. Entre las más recomendables, no te olvides de incluir en tu dieta los tomates, las espinacas y la calabaza.

Y, a la hora de exponerse al sol, no hay que dejar de tomar vitamina C, que está presente principalmente en las naranjas y los kiwis, así como en los frutos rojos. También son una fuente importante verduras como la coliflor y las espinacas.

La vitamina E debe formar parte de la dieta en esos días, ingiriéndola a través de las legumbres –una opción más refrescante es tomarlas en ensaladas-, así como los frutos secos.

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Los trucos

La clave para simular esos primeros rayos de sol sobre el rostro está en el maquillaje. Para garantizar el cuidado de la piel son varias las marcas que han optado por lanzar este tipo de productos con ese efecto de haber tomado el sol. Entre los que mejor sientan al rostro se encuentra por ejemplo el Nude Air Polvos Sueltos de Dior; el Flawless Finish Perfectly Satin de Elisabeth Arden o el Baby Glow de Guerlain.

Todos ellos ofrecen un acabado con efecto buena cara y como si estuvieras ligeramente morena, aunque hay otros productos y de diferentes precios –desde más caros a más económicos-, que igualmente te pueden servir.

Y ¿cómo aplicarlos?. Si no es eres muy hábil o no dispones de mucho tiempo, lo mejor es que optes por la textura en polvo, de manera que con una brocha tienes que aplicar el producto en los pómulos, la frente y la nariz porque son las primeras zonas del rostro que se broncean. Sin embargo, no hay que pasarse para que no haya mucho contraste con el resto del rostro.

Si utilizas un maquillaje con efecto buena cara, tienes varias opciones. Puede que simplemente con él sea suficiente o bien tengas que utilizar polvos para aplicarlos también por esa zona o bien hacer uso de un colorete irisado y que tenga un color similar al de tu piel cuando se broncea.

Y aún te damos otro pequeño truco. Con independencia del producto que utilices, no te olvides de aplicar un poco de iluminador en la zona alta del pómulo para potenciar el rostro. Ya verás cómo parece que te ha dado el sol.

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Consejos

Para mantener el moreno, sobre todo, el conseguido en la playa, ya que este bronceado tiende a desaparecer antes que el de la piscina, se tienen que seguir una serie de consejos durante los días que tomas el sol y también posteriormente.

Además de tomar los alimentos naturales que te ayudan a broncearte, es muy importante seguir con los rituales de belleza y cuidados de la piel habituales aunque, en esta ocasión, hay que hacer algunas variaciones.

Por supuesto, la hidratación sigue siendo fundamental tanto en el rostro como en el cuerpo. Para la cara, se puede seguir utilizando la misma crema hidratante que se emplea habitualmente, siendo clave que también sea antiarrugas y antimanchas para evitar su aparición por la exposición al sol, mientras que para el cuerpo, hay que optar mejor por todas aquellas lociones corporales que incorporen aloe vera porque son muy hidrantes y beneficiosas para la piel bronceada. Para la noche, no se tiene que olvidar utilizar en el rostro la crema nutritiva.

Vinculada a la buena hidratación está el agua. Por supuesto, en estos casos es más importante que nunca tomar alrededor de dos litros diarios. Con el sol, la piel tiende a secarse y es preciso que el cuerpo esté bien hidratado. Y, aunque con el calor apetecen otra serie de bebidas, lo cierto es que el agua no es sustituible para este fin.

No hay que olvidarse tampoco de hacer la exfoliación semanal. Con ella no se va el moreno realmente, sino que se consigue que el tono sea unificado conforme se van renovando las células. Para ello, la clave está en que en esta época del año se empleen exfoliantes que sean más suaves y que no se apliquen con un guante de crin o aplicador similar para que el proceso sea menos agresivo, puesto que la piel en estos días de sol está mucho más sensible.

Son pasos simples y que forman parte del ritual de belleza habitual con los que verás cómo el bronceado te dura más y serás la envidia del resto de tus amigas o compañeras de trabajo.

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Los alimentos

Aunque se ingieran estos alimentos, no hay que olvidarse de que una exposición controlada y con protección solar es la mejor manera de broncearse y de velar por salud de nuestra piel. Dicho esto, hay una serie de alimentos que, por su composición, favorecen que la piel cambie de tono. El más conocido son las zanahorias porque contienen betacarotenos. No obstante, también están presentes en otras frutas y hortalizas. Por ejemplo, dentro de las frutas, hay un alto contenido en el melocotón, albaricoque, melón y mango, mientras que en las verduras y hortalizas destacan en este sentido el brócoli, las espinacas, los pimientos, las acelgas, la lechuga, las calabazas y el tomate.

Siguiendo con las frutas, también te ayudan a broncearte todas las que contienen vitamina C. En este caso, cabe hablar del kiwi, naranja, limón y pomelo, entre otros cítricos, así como de la mora y fresa. Esta vitamina igualmente está presente en las verduras y hortalizas como la coliflor, col, pimientos o berros. La ventaja de todos ellos es que son de ayuda a que la piel esté mucho más luminosa y no aparezca apagada por el bronceado.

Y, aunque se tiende a pensar que las propiedades bronceadoras y para cuidar la piel sólo están presentes en las frutas y verduras, no es cierto. También los pescados tienen que tenerse en cuenta, sobre todo, los que contienen un alto contenido de ácidos grasos Omega-3. Entre ellos, las sardinas, anchoas, salmón o el atún. Su consumo evita la deshidratación de la piel, lo que es muy importante cuando se toma el sol, aparte de contribuir a prolongar el bronceado.

Y para frenar el efecto del envejecimiento producido por los rayos del sol, en la dieta no pueden faltar los minerales, siendo recomendable comer ostras, aparte de legumbres y nueces. Ten en cuenta que, por ejemplo, legumbres y frutos secos bloquean los radicales libres.

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Proteger bien el cuerpo

Para conseguir un buen bronceado, primero hay que proteger el cuerpo de las radiaciones ultravioletas. Es contraproducente tomar el sol sin protección. De hecho, los dermatólogos siempre aconsejan echarse protección solar minutos antes de tumbarse a tomar el sol.

Los protectores solares actúan como eficaces tratamientos de belleza. Y es que protegen la piel, filtran los rayos ultravioleta, luchan contra los radicales libres e hidratan y tonifican la piel.

Para lograr un buen bronceado deberás exfoliarte muy bien la piel una vez a la semana e hidratarla para conseguir una piel más suave antes de aplicar el protector solar.

A continuación, échate el protector solar tanto cuando el día esté despejado como nublado. Estos últimos son los más peligrosos porque puedes quemarte sin darte cuenta.

La mayoría de la gente utiliza solo un cuarto de la cantidad necesaria de protector solar para proteger bien la piel de los rayos ultravioleta. No sigas esta corriente y sé generoso, los resultados se notarán mucho más.

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Una de ellas son los polvos bronceadores. Con ellos puedes conseguir un increíble efecto de buena cara y acabar de un plumazo con ese tono cetrino que nos ha dejado el invierno en el rostro. Pero, ¡atención! ¿Sabes cómo aplicarlos para que el resultado sea natural? Aprende a hacerlo con maña y no te pases, o tu cara acabará de color naranja.

La naturalidad es la clave

En lo primero que has de acertar es en la elección del color, apostando por un tono natural y dejando para otra ocasión los más anaranjados. Si optas por unos polvos mates el resultado será aún más natural, y si prefieres los ligeramente irisados, con algo de brillo, conseguirás más luz. Es importante elegir los polvos bronceadores según tu tipo de piel.

Después necesitarás una buena brocha de tamaño medio que te permita repartir bien el producto por toda la cara. Comienza por la frente y las sienes, después marca los pómulos, la barbilla y la mandíbula. Por último, aplica el producto en la nariz y el centro de la cara. Maneja la brocha con pequeñas pasadas hacia el exterior del rostro. Termina aplicando un toque de colorete rosado que aporte un aspecto sano a tu cara.

Los polvos de sol se convierten en la opción perfecta para estos días de principios de verano, cuando aún no hemos conseguido el bronceado auténtico. Así, y hasta que ligues moreno en el rostro (debidamente protegida con el SPF adecuado a tu tipo de piel), podrás lucir sin problemas un aspecto veraniego y atractivo.

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Sin embargo, en cuanto llega el buen tiempo estamos deseando atrapar algunos rayos solares para deshacernos de la palidez invernal y coger un poco de color. Cuando nos ponemos morenas la ropa de verano nos sienta mejor y nuestro rostro parece más saludable y descansado. ¿Qué hacer? ¿Cuál es la alternativa?

Morena, pero segura

Una fórmula para lograr un moreno radiante sin tener que exponernos a los rayos solares es utilizar autobronceador. Este es su primer y más importante beneficio: que nos ayuda a estar morenas sin tener que someter nuestro cuerpo a los riesgos y las agresiones del sol. Además, la química de estos productos ha mejorado increíblemente y utilizar autobronceador ya no es sinónimo de estar naranja. Elige un producto de calidad y conseguirás un moreno dorado muy natural, similar al que te aporta el sol.

Los autobronceadores son perfectos para los primeros días de playa, en los que nos vemos tan blancos. Además, gracias a ellos, tu moreno durará más tiempo. Si necesitas conocer algunos trucos para aplicar el autobronceador ya te hablamos de ellos en otra ocasión. Exfoliar e hidratar antes de usarlo es fundamental.

Todo ventajas

Como ves, son muchos los beneficios de estos productos. También te servirán para tratar de disimular estrías e, incluso, la piel de naranja de la temida celulitis. A la hora de elegirlo (y no es tarea fácil, dada la enorme variedad que existe en el mercado) decídete por un autobronceador que lleve filtros solares para que te proteja del sol, y que sea hidratante para evitar que reseque tu piel.

Y si solo quieres estar morena por un día, prueba los nuevos autobronceadores que se eliminan bajo la ducha, como L’Oreal Sublime Bonzer One Day Tinted Gel.

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La mayoría de las firmas de cosmética, conscientes de esta necesidad de salvaguardarnos del astro rey, dispone de líneas de protección solar muy efectivas que nos permiten tomar en sol sin peligro. Avon es una de ellas. Esta temporada ha lanzado al mercado la Avon Sun Protect & Glow, una línea que potencia el proceso natural del bronceado con la máxima protección.

La salud de tu piel ante todo

Hace mucho tiempo que tomar el sol no es un problema, gracias a los protectores que nos ofrecen los laboratorios farmacéuticos y las firmas de cosmética. Son el complemento indispensable para el verano, ya que sin ellos sería una auténtica inconsciencia exponerse a los rayos solares.

La nueva línea Protect & Glow de Avon combina una protección adecuada con una acción aceleradora del bronceado. Está compuesta por el Spray Protect & Glow, con protección UVA y SPA 15, y por la Loción Corporal Protect & Glow, con SPF 30 y tecnología UV plus que tiene protección UVA y es resistente al agua. El precio de lanzamiento, tanto del spray como de la loción corporal, es de 8,90 €.

Pero aunque no salgas a la calle sin haberte aplicado la correspondiente capa de crema protectora, hay otras medidas que tienes que poner en práctica si quieres que tu relación con el sol sea saludable y beneficiosa. Para empezar, no tomes el sol en las horas centrales del día, cuando es más perjudicial. Esto pasa por no estar en la playa, por ejemplo, entre las 12:00 h. y las 16:00 h. Aunque pueda parecerte un pequeño sacrificio, si piensas en los males que evitas haciéndolo así, te compensará seguro.

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Sin embargo, han pasado muchos meses desde que tomamos el sol, por lo que es importante preparar nuestra piel para recibirlo, no sólo para que nuestro moreno sea más bonito y uniforme, sino también para protegerla contra los efectos dañinos del sol, que pueden hacer aparecer manchas, arrugas o envejecernos prematuramente.

Renueva tu piel

Es importante librarnos de las capas de células muertas que se pueden haber acumulado durante el invierno, cuando solemos descuidar más nuestro cutis. Por ello, llega el momento de exfoliarla. Si llevas mucho tiempo sin hacerlo, no dudes en aplicar una exfoliación profunda, siempre adecuada a tu tipo de piel pero, si no es así, puedes realizar una suave una vez a la semana.

Si lo prefieres, utiliza exfoliadores naturales, hechos a base de azúcar, que además de proporcionarte una piel suave y renovada, también la nutrirán y la llenarán de vitaminas.

Broncea desde dentro

Si siempre es importante tomar frutas y verduras para que nuestro cuerpo se mantenga en perfectas condiciones, ahora es imprescindible incluirlas en nuestra dieta, especialmente aquellas de color naranja, ricas en betacaroteno, que es la sustancia que va a ayudarnos a que nuestro moreno sea más bonito y uniforme. También consume frutas de color rojo, ricas en vitamina C y E, que ayudarán a combatir el fotoenvejecimiento que puede provocar el sol.

No te olvides de los labios

Seguramente tus labios son un desastre después del invierno. Por ello, ha llegado el momento de, como haces con la piel, exfoliarlos para eliminar esas pequeñas pielecitas que se forman en ellos, de forma que puedas lucir unos labios rejuvenecidos y seductores este verano, con los colores más favorecedores.

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Todas estas precauciones hacen que el moreno nos dure realmente poco tiempo, lo cual a veces resulta desesperante. Para que esto no sea así, podemos utilizar una serie de trucos que nos permitan disfrutar de una piel dorada por más tiempo:

– Es muy importante mantener la piel limpia e hidratada mientras tomamos el sol, ya que de ese modo, estimularemos más la producción de melanina, responsable del tono bronceado de la piel. Para lograrlo, además de limpiar la piel del rostro por la mañana y por la noche, deberemos también limpiar la piel del cuerpo, con un guante de crin suave. No es conveniente exfoliar la piel antes de tomar el sol.

– La alimentación juega un papel muy importante en la fijación del bronceado, especialmente el consumo de alimentos ricos en vitaminas A y C, que favorecen la síntesis de la melanina y limitan los efectos de los radicales libres en nuestra piel, impidiendo así el envejecimiento prematuro de la misma. Consumir zanahorias, mango, o cualquier otra fruta o verdura de color anaranjado nos ayudará a lograrlo.

– También es muy importante cuidarnos después de la exposición al sol, hidratando bien la piel para ayudar a fijar el bronceado. Cuando nos duchemos después de tomar el sol no es aconsejable utilizar jabones para no resecar la piel y, después de secarnos, utilizaremos lociones sin alcohol.
– Finalmente, no debemos olvidarnos de hidratar muy bien la piel después de la exposición al sol.

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– Mascarilla de soja: Necesitas cinco cucharadas de avena y cinco de leche de soja. Mezcla bien ambos ingredientes y deja reposar la mezcla unos minutos.

Después, aplícala sobre el rostro y el cuello, dejándola actuar durante 20 minutos. Pasado ese tiempo, aclárate con un poco de agua tibia y elimina los restos con una esponjita o un algodón, dándote un suave masaje en el rostro mientras lo haces.

– Mascarilla de zanahoria: Necesitarás dos zanahorias, una naranja y una cucharada de miel líquida. Pela las frutas y licúalas y mezcla bien el zumo con la miel. Aplícala sobre el rostro durante 30 minutos y elimínala con agua tibia.

– Mascarilla de nata montada: Para prepararla necesitas dos cucharadas de nata montada y un melocotón maduro. Pélalo y tritúralo en la batidora, añadiendo poco a poco la nata hasta que tengas una crema con consistencia de mousse. Extiende la mezcla sobre el rostro y el cuello, y después de 30 minutos, aclárate con agua tibia. Esta mascarilla es perfecta para después del sol, para ayudar a recuperarse a tu piel.

– Mascarilla de canela: En un recipiente pon zanahorias y canela en trozos y bátelo con la batidora. Añade agua poco a poco, hasta lograr una pasta homogénea y finalmente aplícala sobre el rostro, dejándola actuar durante 20 minutos para después aclararte el rostro. Esta mascarilla te ayudará a acelerar el bronceado.

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