La depilación con cuchilla está rodeada de falsos mitos o bulos. Y es que ni el pelo nace más fuerte, ni sale más vello ni tiene por qué dañarse la piel. Es un método de depilación que puede ser idóneo para muchas mujeres porque es bastante cómodo y rápido. Además, si se hace adecuadamente en casa, no hay motivo para que surjan problemas.
Los consejos
Aunque muchas mujeres emplean este método de depilación para situaciones de emergencia, lo cierto es que puede utilizarse siempre. Como en todos los sistemas, lo mejor es planificar cuándo se va a producir la depilación para evitar que las rojeces que pueden aparecer en la piel estropeen el estilismo.
El momento más idóneo para este tipo de depilación es justo tras la ducha, teniendo que aplicar un lubricante adecuado. La razón no es otra que la piel así está más limpia y más suave y no hay problemas para que se deslice la maquinilla. También se evitan los cortes.
La elección de la maquinilla es muy importante. Es mejor utilizar aquellas que han sido diseñadas para estos fines y para las mujeres porque suelen ser tener unas cuchillas menos afiladas que las de los hombres porque el vello femenino habitualmente no es tan grueso como el masculino.
Y, si hay que elegir la maquinilla, también hay que buscar el gel que sea idóneo, siendo conveniente que tengan un efecto calmante. A la hora de aplicarlo, usa una brocha, similar a la que los hombres emplean para la espuma de afeitado, porque así se mueve el pelo y no queda tan pegado a la piel.
El movimiento más adecuado para cortar el vello lo más apurado posible es hacerlo a contrapelo, es decir, de abajo arriba en las piernas. Sin embargo, en las axilas, se tiene que mover en varias direcciones porque el pelo crece de forma más arbitraria y no en la misma dirección.