La textura de los productos de belleza es más importante de lo que inicialmente puede pensarse. De ella depende conseguir buenos resultados, por ejemplo en el caso del maquillaje, o bien lucir una piel perfecta con la crema y tratamiento que se haya elegido. Y, ¿qué textura es la mejor? Todo depende del cutis que se tenga. Y es un aspecto a tener en cuenta y clave para aportarle a la dermis todos los cuidados que necesita y estar radiante. Porque muchas veces el error de maquillaje o tratamiento, simplemente está en no haber elegido la textura adecuada, lo que puede propiciar brillos, exceso de grasa…
Piel normal
La piel normal se caracteriza por estar bastante equilibrada. En general, este cutis no tiene problemas con las texturas, aunque es preferible tener cuidado también en su elección.
La mejor opción es elegir todas aquellas cremas, maquillajes o cualquier otro cosmético de textura fluida. No obstante, en el caso de ser ya una piel madura, se debe optar por aquellas que están enriquecidas, pero sin que sean demasiado untuosas.
Piel seca o muy seca
La principal característica de las pieles secas o muy secas es la tirantez que se siente. Es importante elegir así cremas y bases de maquillaje que reduzcan esta sensación y que aporten confort a la piel.
La mejor alternativa para estos cutis pasa por una textura más o menos oleosa –en función de si la piel es seca o muy seca-, así como por cremas que sean densas y que aporten una buena nutrición a la piel.
Piel mixta o grasa
Estos tipos de piel son, quizá, de los más complicados aunque, por fortuna, recientemente, se han producido importantes avances en cosmética que permiten disponer de los tratamientos adecuados.
En general, siempre la mejor elección son las fórmulas acuosas, así como las libre de aceite u oil free como se denominan. Así, es idónea una textura de gel-crema con el fin de que no se aporten brillos ni se produzca un exceso de grasa.
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