Si todavía estás de vacaciones o tienes la suerte de comenzarlas ahora y de disfrutar de unos días de sol, aquí te contamos algunos alimentos que puedes incluir en tu dieta para que ponerte morena sea más fácil y sin descuidar tu salud porque algunos, además, protegen la piel.
Los alimentos
Aunque se ingieran estos alimentos, no hay que olvidarse de que una exposición controlada y con protección solar es la mejor manera de broncearse y de velar por salud de nuestra piel. Dicho esto, hay una serie de alimentos que, por su composición, favorecen que la piel cambie de tono. El más conocido son las zanahorias porque contienen betacarotenos. No obstante, también están presentes en otras frutas y hortalizas. Por ejemplo, dentro de las frutas, hay un alto contenido en el melocotón, albaricoque, melón y mango, mientras que en las verduras y hortalizas destacan en este sentido el brócoli, las espinacas, los pimientos, las acelgas, la lechuga, las calabazas y el tomate.
Siguiendo con las frutas, también te ayudan a broncearte todas las que contienen vitamina C. En este caso, cabe hablar del kiwi, naranja, limón y pomelo, entre otros cítricos, así como de la mora y fresa. Esta vitamina igualmente está presente en las verduras y hortalizas como la coliflor, col, pimientos o berros. La ventaja de todos ellos es que son de ayuda a que la piel esté mucho más luminosa y no aparezca apagada por el bronceado.
Y, aunque se tiende a pensar que las propiedades bronceadoras y para cuidar la piel sólo están presentes en las frutas y verduras, no es cierto. También los pescados tienen que tenerse en cuenta, sobre todo, los que contienen un alto contenido de ácidos grasos Omega-3. Entre ellos, las sardinas, anchoas, salmón o el atún. Su consumo evita la deshidratación de la piel, lo que es muy importante cuando se toma el sol, aparte de contribuir a prolongar el bronceado.
Y para frenar el efecto del envejecimiento producido por los rayos del sol, en la dieta no pueden faltar los minerales, siendo recomendable comer ostras, aparte de legumbres y nueces. Ten en cuenta que, por ejemplo, legumbres y frutos secos bloquean los radicales libres.