Llega el verano y se hace más evidente quien tiene o no un vientre plano. Una buena alimentación y ejercicio, y si es necesario tratamientos específicos, son la clave para conseguir un abdomen sin grasa y, en el mejor de los casos, luciendo unos buenos abdominales. Pero, para conseguirlo, también hay que tener en cuenta algunos enemigos que impiden lucir ese vientre plano porque, en muchas ocasiones, ni siquiera somos conscientes de ellos. Son pequeños gestos, pero que pueden arruinarnos la silueta.
Calorías líquidas
Muchas veces se presta atención a las calorías que se ingieren con la comida, pero no con la bebida. Y esto es especialmente importante porque se debe tener en cuenta el alcohol o los zumos, sobre todo, los industriales, entre otras bebidas que suman calorías y que, además, tienen mucho azúcar. Esto favorece que las grasas se asienten en el vientre.
Gas
Siguiendo con las bebidas, aún hay otros errores que, en esta ocasión, están relacionadas con aquellas bebidas que tienen burbujas, gas… Esto favorece que en el vientre se acumule más aire y, en consecuencia, se produzca más hinchazón en esta zona abdominal.
Sal
La sal es necesaria para el cuerpo humano, pero en su justa medida. Los alimentos demasiado salados o cocinar con mucha sal juega en contra de tener un vientre plano porque se produce retención de líquidos y también más hinchazón.
Carbohidratos
Los carbohidratos son controvertidos porque hay dietistas a favor y otros en contra. En este caso, lo que está claro es que los carbohidratos refinados no son favorables para lucir vientre plano porque tienen azúcar y muchas calorías. Es conveniente pasar así de todo lo que lleve harinas blancas.
Precocinados
Y, finalmente, hablamos de otro enemigo: los alimentos precocinados. Este tipo de productos tienen demasiada sal y azúcar y grasas trans, que evitan tener un vientre plano.
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