Unas piernas bonitas y suaves resultan realmente sexys en las mujeres, pero no siempre es fácil lograrlo. La celulitis, la retención de líquidos y la aplicación de productos para la depilación hacen que nuestras piernas aparezcan más gruesas de lo que nos gustaría y la piel queda escamosa y un poco rugosa al tacto. Para evitar esto y lograr esas piernas que tanto deseamos, podemos aplicarnos una serie de masajes que, además, nos ayudarán a combatir las varices y a mejorar la circulación.
Llena la bañera con agua caliente (aunque no demasiado, sólo lo suficiente para no pasar frío) y añade media taza de vinagre de manzana. Sumerge las piernas totalmente en el agua durante diez o quince minutos y mientras date un pequeño masaje en las plantas de los pies. A continuación, rodea el tobillo derecho con tus dos manos y súbelas hasta la rodilla haciendo una ligera presión, pero sin que te duela. Repite el movimiento dos o tres veces y después pasa al tobillo izquierdo.
Debes hacerlo lentamente y siempre comenzando en el tobillo o, si prefieres que sea más intenso, en el empeine de los pies, pero recuerda que no debes apretar demasiado.
Cuando haya pasado el cuarto de hora, sal de la bañera y sécate las piernas. A continuación, aplícate alguna crema hidratante con un masaje circular desde los tobillos hasta los muslos. Cuando llegues a ellos, realiza un masaje con los nudillos para movilizar la grasa acumulada. Utiliza los nudillos sólo se aplicarán en zona externa o en el lateral externo del muslo y mientras con una mano sostienes la parte interna de la pierna, con la otra moldea la parte exterior, las tan temidas cartucheras.
Para terminar, palmotea con las manos ahuecadas de forma rítmica y suave las piernas desde los tobillos. Repite el masaje al menos dos veces por semana y te sorprenderán los resultados.