Mantener un rostro suave y joven es el objetivo de la mayoría de las mujeres. A medida que cumplimos años, el proceso de envejecimiento de la piel que conlleva pérdida de colágeno y elastina, facilita la aparición de arrugas, manchas, líneas de expresión, sequedad, etc., envejeciendo nuestro rostro.
Cuando las arrugas son muy profundas o las manchas muy acentuadas, los tratamientos de medicina estética son la solución para hacerlos desaparecer, pero también está en nuestra mano retrasar todo lo posible el envejecimiento. Además de utilizar cremas anti-age adecuadas, podemos realizar otros gestos que nos ayudarán a lograrlo:
– Cuando compres productos de belleza, busca que sean lo más naturales posibles. Esto hará que tengan menos productos químicos y evitarán la aparición de irritaciones y deshidrataciones de la piel. En la medida de lo posible, aplícate mascarillas y tratamientos con ingredientes naturales hechas por ti para proteger y nutrir tu piel.
– No utilices agua muy caliente para lavarte el rostro. Esta produce resequedad en la piel que facilitará la aparición de arrugas y dará una textura acartonada al rostro. Lo ideal es utilizar agua tibia tirando a fría.
– Cuando te seques después de lavarte o elimines una crema o mascarilla de la piel, no arrastres la toalla o la esponjilla haciendo presión sobre el rostro para hacerlo, ya que esto provocara la aparición o la intensificación de las líneas de expresión. Debes hacerlo con suavidad, sin estirar la piel o haciéndolo lo menos posible.
– No apliques sobre la piel alcohol o lociones corporales. El primero resulta demasiado agresivo para el cutis (como cuando lo aplicamos sobre un grano o espinilla) y produce irritación y escozor y las segundas, al no estar especialmente formuladas para el rostro,