Inmediatamente antes y durante las fiestas navideñas circulaba por las redes sociales una foto de diferentes dulces típicos de estas fechas debajo de las cuales se podía leer la frase “Las calorías de Navidad no cuentan”.
Y, en cierto modo, nos hemos comportado como si ello fuera verdad y ha sido al subirnos a la báscula después de las fiestas cuando hemos descubierto que, por desgracia, sí contaban.
Olvídate de las dietas milagro
Es el momento de volver a una alimentación equilibrada, eliminando el exceso de grasas, fritos, dulces y otros alimentos muy calóricos. Recuerda que no debes hacerlos desaparecer de tu alimentación para no caer en la sensación de privación, sino reducir su consumo al mínimo.
Lo mejor es comenzar con una dieta suave, en la que predominen los caldos, purés, pescado, fruta y yogures, alimentos que te ayudarán a depurar tu organismo y renovar la flora intestinal, para ayudarte en la pérdida de peso. Beber mucho líquido también es importante para ayudar a tu cuerpo a eliminar estas toxinas.
Si te has excedido mucho comiendo estos días, puedes, durante un día, tomar sólo fruta y verdura, además de infusiones y agua. Elige preferentemente alimentos depurativos, como uvas, papaya, piña, naranja, limón o manzanas y en cuanto a las verduras limita el consumo de aquellas ricas en azúcar, como la remolacha. De ese modo desintoxicarás tu organismo y notarás que tu piel luce más brillante y bonita, a medida que las toxinas abandonan tu cuerpo.
Muévete un poco
El ejercicio también es clave para la pérdida de peso y para evitar que zonas como los brazos o los muslos queden flácidas. Busca una actividad que puedas hacer, como mínimo, media hora al día, ya sea caminar, correr, bailar o cualquier otra que sea de tu agrado. Al poco comprobarás los resultados en tu figura.