Tu primer tratamiento anti-edad


Este año he cumplido los treinta y todas mis amigas me han dicho que ha llegado el momento de empezar a cuidar mi piel en serio. Después de oír esto unas cuantas veces, he desarrollado cierta obsesión y me miro en todos los espejos en busca de el primer signo de envejecimiento, o lo que es lo mismo, de la primera arruga y, aunque aún no la he encontrado, creo que necesito mi primera crema anti-edad.

Envejecimiento o arrugas de expresión

Es importante (sobre todo para no deprimirse) saber diferenciar los signos de envejecimiento de la piel de las arrugas provocadas por los movimientos faciales que hacemos al expresarnos. Es una identificación sencilla: si son arrugas de edad estarán siempre mientras que si son de expresión sólo aparecerán cuando hagas un gesto concreto. Aún así una buena crema anti-edad puede suavizar estos rasgos.

¿Qué crema elijo?

Lo primero que debes hacer es ir al lugar habitual donde compras tus cremas y pedir que te aconsejen. Ya sea una farmacia o un centro de estética, sabrán decirte qué tipo de piel tienes y cuáles son sus necesidades. Ahora bien, hay unos principios básicos que debes tener en cuenta a la hora de hacer tu elección:

1. Es importante que la crema sea adecuada a tu edad, es decir no te decantes por una crema de piel madura porque tu piel aún no lo es.
2. Que tenga protección solar. El sol es un gran enemigo de la piel así que pide que tu crema de día tenga protección solar.
3. Que tenga color. Creo que una BB Cream es la solución perfecta. Aporta color, hidratación y además rejuvenece.
4. Compra un tratamiento completo. Si estás acabando tus cremas habituales, sustitúyelas por un tratamiento anti-edad completo, para día y noche.

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