Para aquellas ocasiones en las que no dispongas de tiempo para ir a un salón de belleza y hacerte la pedicura, no tienes por qué renunciar a estos cuidados. Puede hacerse perfectamente en casa y, además, con tan solo seguir cuatro pasos fundamentales. No hay excusa para no mimar los pies.
Los pasos
El primero de ellos es el más evidente: la limpieza. De este modo, hay que lavar los pies con un gel suave para, posteriormente, aclararlos bien sin que queden restos del jabón. También hay que secarlos muy bien porque es muy importante que no queden restos de agua sobre la piel.
A continuación, tienes que proceder al limado haciendo uso de las limas manuales o bien de las que han sacado automáticas que funcionan con pilas y con las que se puede conseguir un buen resultado en menos tiempo y con menos esfuerzo. Por supuesto, también puedes utilizar la piedra pómez de toda la vida. La lima la tienes que pasar por las durezas para eliminar todas esas pieles muertas y que se han quedado secas.
Posteriormente, hay que lavar de nuevo los pies para que se retiren bien todos los restos de pieles que se han ido levantando. En este caso, puedes darte un pequeño placer y añadir al agua algunos geles o productos específicos que incluyen propiedades relajantes para un mayor bienestar de los pies.
Finalmente, una vez ya limpios y aclarados y con la piel seca, tienes que aplicar una hidratación y nutrición haciendo uso de cremas específicas para los pies. Es importante que combinen ambos factores: hidratar y nutrir para que la piel pueda tener estar en perfecto estado. Además, también puedes optar por poner algún sérum, que igualmente están de moda para esta parte del cuerpo y los hay que solo son idóneos para esta zona. Y ya estás lista para lucir unos pies sanos y cuidados.