Desde hace tiempo se conocen las bondades que el vino tiene para nuestro organismo, sobre todo para mantener sano el corazón. Ahora, además, podemos disfrutar de sus propiedades para cuidar y embellecer nuestra piel. Por ello, para las amantes del vino, los tratamientos de vinoterapia suponen un doble placer.
Podemos, además, elegir entre multitud de opciones, bien a través de baños en vino, combinados con aguas termales, en masajes, drenajes linfáticos, etc. Dependiendo de lo que queramos, podemos optar por tratamientos para nuestra piel que ayuden a relajarla, a eliminar líquidos, desintoxicar los tejidos o rejuvenecerla.
Como complemento a la vinoterapia, en muchos tratamientos también se utilizan las semillas y el aceite de uva. Las semillas se utilizan para exfoliar la piel y el aceite de uva para hidratarla, haciendo que los resultados de la vinoterapia sobre nuestra piel sean casi mágicos.
Cada vino, además, tiene propiedades especiales. Los años de crianza, las barricas donde ha madurado o la uva de la que procede hace que cada variedad sea diferente, y esto también se tiene en cuenta en la vinoterapia, por lo que, dependiendo del objetivo del tratamiento, se utilizará un vino u otro, según sus propiedades.
Por ejemplo, los vinos sauvignon y el chianti tienen grandes propiedades tranquilizantes, por lo que se utilizan principalmente en tratamientos y masajes corporales relajantes.
El cabernet, por su parte, se utiliza sobre todo para rejuvenecer la piel, eliminando las células muertas y suavizando sus imperfecciones.
El lambrusco, un vino espumoso italiano, es altamente rico en minerales, y se utiliza en tratamientos para tonificar la piel.
De cualquier modo, cualquier variedad que elijamos nos ayudará a combatir los radicales libres y favorecer la circulación sanguínea, consiguiendo una piel más hidratada, joven y luminosa.
Gracias por publicar, la información es muy interesante.