A la hora de hacer dietas siempre hay algunos falsos mitos. Uno de los más populares es que el agua engorda. Seguramente, lo habrás oído en más de una ocasión. Sin embargo, no es así. Más bien todo lo contrario porque es una buena aliada para bajar de peso y para ayudar a controlar el hambre. Sólo hay que saber cómo y cuándo beberla.
Las claves
Para conseguir adelgazar bebiendo agua varios son los aspectos que se tienen que tener en cuenta. Uno de ellos es el tipo de agua que se va a tomar, sobre todo, si no se bebe la del grifo y se va a optar por las minerales o embotelladas. En estos supuestos, siempre es mejor leer bien la etiqueta y fijarse en aquellas que tengan poco nivel de sodio porque son más diuréticas y laxantes, redundando en una ayuda para bajar el peso.
Las horas a las que se bebe el agua también son importantes. Y no porque engorde, sino más bien porque puede hacer más difícil la digestión. De esta manera, nunca es conveniente tomar mucha agua con la comida, solo la precisa si no puede evitarse beber, siendo mejor ingerirla hacia el final. También es de ayuda tomar un buen vaso de agua media ahora antes de comer para tener más sensación de saciedad.
No obstante, no hay que olvidarse de ir bebiendo agua a lo largo del día, ayudando a controlar el hambre al tener el estómago más lleno, por ejemplo, a media mañana o por la tarde. La cantidad recomendada siempre es de 1,5 litros o dos litros al día, que se deben repartir para ir depurando el organismo poco a poco. En los días más calurosos de verano, se puede superar esa cantidad al perderse más agua en el organismo por el sudor.
Y, por supuesto, no hay que olvidarse de las primeras horas de la mañana. Antes de desayunar es de gran ayuda tomar un vaso de agua caliente, dejando pasar como mínimo después media hora antes de ingerir el desayuno. Se pueden añadir unas gotas de limón para potenciar su efecto. La clave está en que ayuda a depurar el organismo, sobre todo, el intestino y a eliminar toxinas. Aparte, acelera la quema de grasa y facilita la digestión, entre otros beneficios.
Agua caliente igualmente se puede tomar a lo largo del día a través de infusiones como el té verde o rojo, que ayudan también a adelgazar, o bien con otras plantas que contribuyan a bajar de peso.