Tanto si todavía estás de vacaciones como si ya has vuelto al trabajo y a la rutina diaria, seguro que algún día tienes que comer fuera de casa o bien has quedado para tomar algo. Son situaciones en las que es habitual que se ingieran más calorías de las habituales, aunque no siempre tiene por qué suponer unos kilos de más. La clave está en una serie de trucos que ayudan a disfrutar de la comida, pero sin temor a la báscula.
Los consejos
Una de las principales claves a seguir es elegir bien lo que se quiere comer de entre las opciones que hay. De este modo, es mejor huir de los contenidos demasiado grasos y evitar patatas fritas y similares, que pueden sustituirse por una guarnición de vegetales o alguna salsa ligera. Al elegir las verduras, siempre es importante pedir que sean condimentadas porque así aumentan los niveles de saciedad. Por ejemplo, pueden estar preparadas con curry, cúrcuma o laurel.
Si la opción para comer pasa por los establecimientos de comida rápida, tampoco hay que preocuparse en exceso. La pauta está por elegir las ensaladas o bien decantarse por platos combinados con un pescado o marisco a la plancha con lechuga o un pincho con pimientos asados… Siempre lo importante es que haya más cantidad de vegetales que de proteínas animales.
Los bocadillos pueden ser otra opción al comer fuera de casa. La mejor alternativa es elegir los de pan integral en los que se combine el pescado como el atún o las sardinas con vegetales como el pimiento, el tomate… Si se toman tapas, hay que huir de los rebozados y empanados y degustar las que incorporen vegetales y pescado como la ventresca con pimientos o tomate, pepinillos en vinagre…
En los establecimientos en los que la comida sea de menú o carta, las opciones para no engordar pasan por elegir un primer plato de verduras que no sean gratinadas ni lleven salsas muy pesadas o bien el gazpacho. Una buena alternativa es pedir aquellos platos que incorporen el apio crudo porque ayuda mucho a adelgazar.
Y, finalmente, para comer menos en cualquier caso y no caer en tentaciones, el secreto no es otro que tomar algo una hora antes. Buenas alternativas son los yogures desnatados, una manzana o un puñado de frutos secos.