Has pasado una noche sin dormir, bien porque te hayas ido de juerga, hayas tenido que quedarte a terminar ese informe que te pidió el jefe o tus hijos te han mantenido en vela. Sea como sea, al día siguiente te levantas como una zombi y casi te da un infarto cuando ves tu el reflejo de tu cara en el espejo: piel apagada, ojos hinchados, ojeras y ojos enrojecidos. No te preocupes. Aquí te proponemos un plan de choque para que la noche no deje ni rastro en tu cuerpo:
– Desperézate poco a poco. Si tienes un poco de tiempo, haz algo de ejercicio suave y si sólo tienes unos minutos, haz algunos estiramientos de cuello, hombros, espalda y piernas, de forma que tu cuerpo se ponga en marcha lentamente. Nota la agradable sensación de tus músculos desentumeciéndose.
– Túmbate unos minutos en el sofá con las piernas hacia arriba, para aliviar los tobillos. Masajea tus piernas suavemente desde los tobillos hasta las rodillas para hacer desaparecer la pesadez.
– Tu piel tendrá un aspecto apagado, así que una buena idea es utilizar un exfoliante suave para retirar las células muertas y así hacer que recupere su brillo natural. Después lávate la cara con agua fría y termina con una crema hidratante.
– Para las ojeras, utiliza un corrector en un tono suave para que pase desapercibido. Las bolsas de los ojos las puedes eliminar dándote pequeños toquecitos bajo los ojos, desde el lagrimal hasta el extremo exterior del ojo, con lo que reactivarás la circulación y disminuirán de tamaño. Para los ojos enrojecidos utiliza un colirio inocuo o lávate los ojos con un algodón empapado en manzanilla.
– Aplícate un maquillaje suave, en tonos naturales. Un poco de colorete, una sombra de ojos en tonos claros y un toque de lápiz de labios y parecerá que has dormido más de diez horas.