Una de las experiencias más relajantes y beneficiosas para nuestras piel es la fangoterapia, en la cual nuestro cuerpo queda completamente cubierto de arcilla, que ayuda a regenerar y nutrir la piel del cuerpo, eliminando toxinas acumuladas bajo la piel y eliminando las impurezas que se acumulan sobre la misma. Sin embargo, no siempre tenemos el tiempo o el dinero necesario para acudir a un spa a recibir este tratamiento. En ese caso, podemos realizarlo nosotras mismas y convertir nuestro baño en un auténtico spa. A continuación te mostramos distintos tipos de mascarillas de barro que puedes utilizar:
– Mascarilla de arcilla 1: Para prepararla necesitas 100 gramos de arcilla, de 15 a 20 gotas de aceites esenciales de limón, una cucharada sopera un aceite de germen de trigo y cuatro gotas aceite esencial de enebro. El procedimiento es muy sencillo, ya que sólo necesitas mezclar bien la arcilla y el aceite de limón hasta obtener una pasta homogénea.
Antes de utilizarla, debes comenzar frotando la piel de la zona donde quieras aplicar la mascarilla con un guante de crin para estimular el riego sanguíneo y después aplica la mascarilla. Deja pasar una hora y después elimina la mascarilla con abundante agua. Ya sólo te queda masajear enérgicamente la zona con una mezcla hecha a base del aceite de germen de trigo y el aceite de enebro.
– Mascarilla arcilla : Necesitarás 100 gramos de arcilla, una cucharada de germen de trigo, el zumo de medio limón y agua según sea necesaria. Mezcla la arcilla con el limón y el trigo, añadiendo el agua suficiente para lograr una mezcla suave. A continuación frota la zona con un guante de crin humedecido en agua tibia. Cuando se seque la piel, aplica la mascarilla, recúbrela con papel transparente de concina y déjala actuar durante media hora antes de eliminarla completamente con agua. Utilizado a diario, comprobarás la efectividad del tratamiento.