A veces por trabajo, falta de tiempo, comodidad o simplemente porque se queda con los amigos, hay que comer o cenar fuera de casa. Este momento de ocio no tiene por qué implicar que dejes a un lado los hábitos saludables o “aparques” la dieta. No son incompatibles. Con unas sencillas pautas podrás disfrutar sin temer por la salud ni por la báscula.
Los consejos
En primer lugar, lo que hay que tener muy claro es que hay que huir de los sitios que pueden englobarse bajo el término de comida basura. No obstante, si no queda más remedio, no optes por los platos o productos como las hamburguesas y patatas fritas ni por aquellos que tengan un importante contenido de grasas o de pan. Y, aquí, se incluye también el bocadillo. En estos sitios, también se ofrecen menús que son un poco más saludables. En todo caso, es habitual que haya una ensalada, que puede ser la mejor opción.
Si se puede elegir restaurante, lo mejor es siempre optar por aquellos que tienen una carta o menú variado porque, de esta manera, vas a encontrar sin problemas alimentos y platos que puedes comer sin problemas.
No obstante, si no sabes qué elegir, aquí te damos unas pautas adicionales. En primer lugar, opta por los productos frescos y más sanos y saludables como las verduras y hortalizas.
Además, es conveniente huir de todas aquellas propuestas gastronómicas que incluyan fritos, rebozados, guisos con grasas o empanados, siendo mejor que elijas platos elaborados al vapor, plancha, parrilla… Como guarnición no te olvides de eliminar las patatas en cualquiera de sus formas de presentación. Mejor, que se acompañe de ensalada, verduras a la plancha, hortalizas…
Y, en el postre, por supuesto, tienes que hacer el esfuerzo de elegir fruta fresca o algún lácteo que no sea muy calórico como un yogurt. Aunque suena duro, realmente, te puedes sorprender de la variedad de platos que puedes comer porque cada vez en los restaurante se apuesta por introducir una comida más saludable.