El sedentarismo, la falta de ejercicio físico, es una de los peores enemigos de tu belleza y también de tu salud. Además de hacer que engordes, favorece la aparición de la temida celulitis, y los músculos pierden firmeza y tono. Pero la vida cotidiana, con sus horarios inasequibles, hace que sea bastante complicado dedicarle un tiempo mínimo a la práctica de algún deporte.
Pero siempre hay soluciones para el problema, y algunas podrás ponerlas en práctica mientras haces otras cosas, como trabajar en la oficina, por ejemplo. Por eso, si ya has abandonado la idea de ir al gimnasio por falta de tiempo (y de ganas también, reconócelo), aquí tienes algunas ideas para mantenerte en forma casi sin darte cuenta.
Muévete sin parar
Todas aquellas personas que tienen un trabajo de oficina pasan muchas horas al día sentadas, con el consiguiente perjuicio para la línea. Si tú eres una de ellas, analiza qué funciones laborales puedes hacer en pie y levántate. Es una manera de quemar calorías sin darte cuenta y tan solo tienes que caminar unos minutos cada hora. Pasea por la habitación mientras hablas por teléfono y estarás haciendo ejercicio. Además, la circulación de tus piernas te lo agradecerá.
En la oficina puedes hacer bastantes cosas para mantenerte en buena forma física. Camina hasta el despacho de al lado para comentar algo con un compañero, en lugar de usar el teléfono interno.
El ya sabido ejemplo de subir por las escaleras (olvidándote por completo del ascensor) es un clásico, pero no por conocido es menos efectivo. Cuando tengas un rato, sube escaleras concentrándote en los músculos de los glúteos para endurecerlos. Seguro que pronto notarás los resultados. Y, para completar, busca una tabla de ejercicios para hacer sentada (contraer los músculos del abdomen y de los glúteos haciendo series y repeticiones, mover los pies, etc.).