Para mantener la piel en perfecto estado se pueden hacer muchos tratamientos, algunos de los cuales son bastante caros y no están al alcance de muchos bolsillos, además de haber zonas como las manos o los brazos en los que es difícil frenar el paso del tiempo. Evidentemente, no se puede negar que la mayoría son efectivos, pero muchas veces no es preciso recurrir a ellos si la piel se cuida bien en casa y se es constante. Tan solo hay que seguir unos sencillos consejos.
Los cuidados
Antes de comenzar con los cuidados, hay que tener muy presente que la piel tiene diferentes necesidades según sea de las manos, del cuerpo, rostro, brazos o piernas. Como del rostro, hemos hablado ya en más de una ocasión, vamos a centrarnos en las manos y en los brazos y piernas, que suelen ser, junto con el cuello y el escote, los grandes olvidados.
La piel de las manos requiere de cuidados específicos porque es más fina que la del resto del cuerpo al tener menos glándulas sebáceas por lo que requieren de más hidratación, sobre todo, con el frío y la sequedad que puede producirse a raíz de estar en ambientes con calefacción por ejemplo.
El mejor consejo es hidratarlas con mucha frecuencia, eligiendo productos que tengan activos que eviten esa deshidratación y que, a la vez, la protejan contra el frío y el viento.
La crema tiene que aplicarse periódicamente a lo largo del día, pero especialmente por la noche, sobre todo, si se tiene una piel muy seca. Para potenciar su efecto, es aconsejable ponerse después unos guantes de algodón.
En el caso de los brazos y piernas, aunque está parte del cuerpo esté tapada, no hay que olvidarse de que también se reseca y de que necesita cuidados básicos como la hidratación.
De este modo, se recomienda el uso de una crema hidratante, específica para el cuerpo, de forma diaria. Las más aconsejables son las que tienen en su composición urea, glicerina, aceite de almendras o avena, entre otros componentes.
Las mujeres con pieles sensibles es mejor que elijan las cremas específicas para este tipo de dermis y que, además, sean calmantes. Buenas opciones son las que integran en su composición la avena o el regaliz y el Omega 6.
No hay que olvidarse tampoco de exfoliar la piel del cuerpo, siendo lo recomendable cada quince días, ni de emplear tónicos. Un producto que, aunque se piensa lo contrario, no es solo para el rostro. El cuerpo también lo precisa. ¿Cuál utilizar? La respuesta es sencilla: los que tienen glicerina y agua de rosas.