Los tatuajes que parecen tan modernos, no lo son, hace miles de años atrás los egipcios ya se tatuaban. Lo hacían como demostración de valentía, para diferenciarse de otras tribus o para castigar a los sacrílegos. Con el paso del tiempo y en las distintas civilizaciones el concepto se fue modificando, mientras que en la actualidad es una forma de expresión estética, sentimental, pasional o artística. Si tienes pensado hacerte un tattoo, ten en cuenta los siguientes consejos para escoger el tatuaje perfecto de acuerdo con tu personalidad, tono de piel y estilo de vida.
Lo primero es decidir el lugar del cuerpo en el que deseas tener el tatuaje. Recuerda que si lo haces en áreas muy visibles, puedes tener problemas para conseguir trabajo, especialmente si son oficios de cara al público.
Descubre tu tolerancia al dolor. Las zonas con menor masa muscular, como tobillos o caderas son más sensibles y por lo tanto, más dolorosas.
Decídete por un diseño que signifique algo para ti. No olvides que esa marca será para siempre y tienes que sentirte identificado con ella para toda tu vida.
Antes de elegir el dibujo definitivo tómate un tiempo, si es posible algunos días, para asegurarte de que la opción es la ideal. No te hagas un tatuaje por imitación o sin planearlo con tiempo.
Determina el tamaño deseado. Ten en cuenta que cuanto más grande sea, el tiempo y el dolor serán mayores.
No te recomendamos inmortalizar tu amor o tatuar el nombre de tu pareja puede no ser recomendable. La vida da muchas vueltas y quizás con el tiempo tus sentimientos se sean otros.
Elige un tatuador profesional, no te lo hagas en cualquier sitio, tiene que se especializado, busca un artista experimentado que te garantice un buen trabajo y óptimas condiciones de seguridad y sobre todo de higiene.
Si tu piel tiene es blanquita, puedes elegir tintas de tonos claros para que se luzca tu tatuaje. Si eres de piel morena, son ideales los pigmentos oscuros y brillantes.
Antes de comenzar una sesión de tatuaje, asegúrate de que se hayan tomado las medidas higiénicas adecuadas (material descartable, guantes, asepsia). Antes de comenzar, solicita al tatuador que te realice una prueba de reacción alérgica a los pigmentos.