Aunque toda persona debe protegerse la piel de las radiaciones solares, no todas pueden necesitar el mismo nivel de factor de protección solar, ya que se establecen algunas diferencias en función del tipo de piel que se tenga. ¿No sabes cuál te conviene? Aquí te contamos todo lo que debes saber para elegir la crema más adecuada y broncearte sin problemas.
Los niveles de protección
Los niveles de protección se relacionan con los tipos de dermis, que se distribuyen en diferentes fototipos. Por ejemplo, las personas que son muy blancas de piel o blancas y que, además, tienen pecas y los ojos claros, deben tener mucho cuidado con el sol y utilizar un factor de protección solar 50+ para evitar la tendencia a desarrollar tumores y el enrojecimiento de la piel en tan solo unos minutos de exposición solar.
En el caso de las personas de piel blanca y con ojos claros en color verde, azul o pardo, también tienen que emplear el factor de protección solar 50+ para prevenir el fotoenvejecimiento temprano, así como las quemaduras solares.
Por el contrario, las personas que tienen una piel grasa o con tendencia a grasa y que es de tono claro y que, además, sus ojos son marrones o grises y el pelo castaño, lo más adecuado es emplear un factor de protección de entre 30 y 50 para evitar la aparición de las manchas en la piel, las rojeces y las posibles quemaduras.
Las personas de piel más oscura o mate y cuyos ojos y cabello también son oscuros pueden utilizar un factor de protección más bajo, teniendo que ser de entre 20 y 30. Con este nivel es suficiente para prevenir los problemas más habituales de este tipo de dermis como son las manchas.
Para aquellas que tienen la piel oscura y mate y los ojos y el cabello oscuro o negro, el nivel de protección puede oscilar entre un 15 y 20, que es suficiente para evitar las manchas, ya que rara vez se queman y el fotoenvejecimiento es tardío. Tampoco es una piel que suela ponerse roja.
Y, finalmente, las personas de fototipo de piel negro con una protección de 15 tienen suficiente porque es muy raro que se quemen. Además, el enrojecimiento tampoco suele ser habitual.