Llega el verano, hay que lucir bikini y shorts y otras prendas que dejan ver más el cuerpo femenino. Una de las zonas que, precisamente, suele dar más vergüenza enseñar son las piernas, así como dejar entrever los glúteos con el bañador puesto o con pantalones que son más ajustados. La parte buena de esta época del año es que se va a la piscina y que el agua es un excelente tonificador. De hecho, con tan sólo un ejercicio puedes conseguir tener en perfecto estado piernas y glúteos sin mucho esfuerzo.
El ejercicio
Es muy sencillo. Tan sólo tienes que meterte en el agua de la piscina, aunque también puede hacerse en el mar. Estando de pie, tienes que elevar las dos piernas más o menos hasta la altura de la cadera, formando con el cuerpo como si fuera una letra “L”.
Una vez has conseguida esta posición, tienes que abrir y cerrar las piernas hacia los laterales del cuerpo, el máximo que puedas. El movimiento tiene que ser lento y combinado con la adecuada respiración. De este modo, tomas aire con las piernas juntas y conforme se van abriendo para ir expulsando a la vez que se van cerrando para volver a la posición inicial.
El efecto es bastante rápido, ya que con este movimiento, notarás como se trabaja la zona del glúteo, pero también toda la pierna, incluida la parte interna en la que se tiende a producir cierta flacidez, así como la externa en la que suele acumularse la odiada celulitis. Con repetirlo, quince veces en tres ocasiones al día, es más que suficiente. Además, el agua, al ejercer de presión, ayuda a la tonificación.
Durante el ejercicio, puede que sea necesario que tengas que ayudarte de los brazos para mantener el equilibrio, sobre todo si el ejercicio se hace en la playa. Esto no supone ningún problema porque además es beneficioso para trabajar los brazos. También notarás que requiere esfuerzo en la zona abdominal. Una razón de más para hacer este ejercicio y conseguir un vientre más plano.