Con el verano y las altas temperaturas, la verdad es que es muy difícil no sudar. Sin embargo, sí pueden adoptarse una serie de pautas y de hábitos en el día a día que permiten reducir el nivel de sudor y sentirse mucho más fresco. Toma buena nota porque aún queda bastante verano y días de calor.
Los consejos
Una de las principales pautas que hay que seguir está relacionada con la higiene personal. Lo más adecuado en los días de verano es ducharse, al menos, una vez al día y, preferentemente, por la mañana para eliminar cualquier residuo que pueda tener la piel y mantenerse fresco desde primeras horas del día.
Además, la ducha tiene que realizarse con geles o jabones que sean antisépticos y antibacterianos, aparte de fijarse en que tengan un grado de acidez en torno al 5 porque es el PH más parecido a la piel y así no se producen alteraciones.
También es importante fijarse en lo que se come. De hecho, el verano es un momento ideal para aprovecharse de todas las frutas frescas que hay de temporada, como la sandía o el melón. Además, tienen igualmente la ventaja de que son muy hidratantes. Beber agua, por supuesto, es imprescindible.
Por otra parte, se debe evitar tomar comidas demasiado grasas y picantes porque proporcionan más calorías al organismo, no proporcionan la sensación de frescor y de bienestar y las digestiones tienden a ser más pesadas, lo que aumenta el malestar que se siente por el calor.
Y, finalmente, cuidado con la ropa que se luce. Hay que evitar toda aquella que sea sintética porque no permite que la piel transpire bien. Es mejor elegir las que se han confeccionado en algodón, seda, fibras naturales… y que sean holgadas. En el caso del calzado, el más adecuado es el de cuero natural o lona, ya que facilitan que la piel pueda transpirar.