Cada cierto tiempo van llegando dietas nuevas. En esta ocasión, vamos a hablar de la conocida como dieta slow a la que muchas famosas y celebrities ya se han sumado, como suele ser también habitual. Bajo este término, se esconde en realidad una dieta que es de tipo vegano en la que se apuesta por la comida saludable, incluso, ecológica. Su pirámide nutricional se basa así en la ingesta de frutas, verduras y proteínas vegetales. Una combinación que ayuda a adelgazar, pero que se debe seguir con control médico para poder evitar falta de vitaminas y minerales y la aparición de problemas de salud por estos déficits.
Sus claves
La dieta slow se basa en consumir los productos más naturales posibles, como es el caso de los ecológicos, de manera que se elimina todo el consumo de conservantes y otros aditivos que se puedan añadir en el proceso de conservación. Además, también se opta por alimentos de temporada y, preferentemente, que sean locales.
Estos alimentos se consumen de una forma particular. En concreto, la dieta slow se basa en tomarlos preferentemente crudos. Otra alternativa es ingerirlos batidos. De esta manera, se consigue que el cuerpo aproveche todas las propiedades, vitaminas, minerales… que tienen los alimentos y que pueden perderse con algunos sistemas de preparación, sobre todo, si no se cocina adecuadamente.
Esto a su vez, sobre todo en el caso de los batidos, hace que la comida se digiera mejor y, por lo tanto, todos los nutrientes también se asimilen más fácilmente por el organismo. Una absorción que algunos estudios cifran en un 20% más de antioxidantes y de extracto de los vegetales.
Cómo seguir la dieta
Estos principios son los que se tienen que aplicar en el día a día de la dieta. La primera pauta es tratar de comer lo más variado posible dentro de esas frutas, verduras y hortalizas locales y de temporada que estén disponibles en el mercado. Para conseguirlos, se puede optar por las tiendas o mercados de agricultura ecológica.
La dieta slow es muy estricta en cuanto a lo que se puede beber. Por supuesto, nada de alcohol porque engorda y también están eliminadas todas las bebidas azucaradas, que lleven conservantes…. Es decir, al igual que con la comida, solo se pueden beber las que sean naturales y, por supuesto, agua.
Y, finalmente, para que todo funcione, se debe comer despacio. La clave está en que así la persona se sacia más y antes y, en consecuencia, se come menos. Cualquier comida debe prolongarse durante 20 minutos, como mínimo, que es el tiempo que el cerebro necesita para ordenar al organismo que ya está saciado e indicar que hay que dejar de comer.