El agua micelar es un producto que estuvo de moda hace muchos años. Hubo como una especie de boom, aunque luego parece haber caído en el olvido en favor de otros limpiadores faciales. Sin embargo, no deben obviarse sus propiedades y particularidades ni sus posibilidades de uso. Sigue siendo un buen producto con el que se puede conseguir limpiar muy bien la piel sin necesidad de agredirla. Aquí te contamos algunos de sus secretos o bondades.
Qué es
El agua micelar es un limpiador suave y tónico a la vez. Este producto sirve para eliminar la suciedad y el maquillaje. Además, es apto para todo tipo de pieles, incluso las que son más sensibles.
Características
Uno de sus principales puntos diferenciales es que contiene tensioactivos. Es decir, sustancias que le dan el poder detergente. A pesar de ello, es suave. Además, no tiene ingredientes agresivos ni irritantes. Tampoco contiene alcohol por lo que no reseca la piel.
A estas particularidades se suman otras propiedades como las calmantes e hidratantes. Aparte, el agua micelar es muy efectivo para evitar los brotes de granitos e infecciones.
No hay que olvidar tampoco que este producto actúa como si fuera un imán. La clave está en que está formado por micelas suspendidas, que son diminutas moléculas de limpieza que captan la suciedad y la grasa como si fueran imanes. Esto permite eliminar las impurezas de la piel sin resecarla.
Modo de uso
Y, ¿cómo se emplea el agua micelar para que la piel se beneficie de estas propiedades y características? Es sencillo. Tan solo hay que empapar una bola de algodón o disco de desmaquillar un poco, aunque también es posible utilizar una toallita.
Luego, solo hay que frotar suavemente la piel. Además, una vez se ha acabado, no es necesario lavar con agua la cara. Si se busca mayor comodidad y rapidez todavía, se puede optar por las toallitas de agua micelar con las que se consigue el mismo efecto.
Artículos relacionados: