Si has decidido quitarte unos kilos o bien eres de las que vive permanentemente a dieta, no tienes que renunciar a la pasta, ni a la pizza ni a la comida italiana. Y es que son platos de los primeros que se eliminan de la dieta junto con los dulces. Sin embargo, no hay por qué suprimirlos o bien darse un capricho de vez en cuando y disfrutar a lo grande sin tener que pensar en que mañana hay que volverse a subir a la báscula. La clave está en que, realmente, la pasta no engorda. El problema es con lo que se acompaña. Con unos consejos y trucos puedes disfrutarla sin remordimientos. Eso sí, hay que comerse un plato normal porque, evidentemente, no se puede tomar un kilo de macarrones.
Consejos
Lo mejor para poder comer pasta para no engordar es elegir aquellas variedades que son integrales. En el mercado, hay varias marcas que ofrecen macarrones, espirales y spaguettis de este tipo. Además, también es posible encontrar masa para pizzas que sea integral. La ventaja está en que este tipo de productos no están refinados como el resto de pasta por lo que engorda menos, es más saludable y sacia más. Otra de sus ventajas es que también tiene más sabor, lo que es ideal para el tipo de platos que se pueden comer.
Y es que, como el principal problema de estos platos es con lo que se acompaña, hay que tener mucho cuidado sobre cómo se consume. Lo mejor es evitar la mayoría de las salsas. La mejor opción es la de tomate, siendo todavía más aconsejable la que se hace con tomate natural para evitar ya las preparadas que suelen tener conservantes y azúcares añadidos que a veces se esconden bajo nombres raros de excipientes. Además, puedes añadirle un toque de especias como el orégano para potenciar el sabor. Aquí no hay ningún problema.
Otra opción es consumirla con aceite de oliva crudo, como si fuera una ensalada. Para que el plato no sea tan triste y se convierta en una comida atractiva, puedes hacer la pasta en ensalada, añadiendo pimientos rojos y verdes, un poco de tomate, orégano y tomate cortado en daditos. Un toque de sal y vinagre, dan el toque perfecto. Otras alternativas son hacer la ensalada con espinacas y con champiñones, pudiendo optar también por otras combinaciones de verduras, mejor siempre si se consumen crudas. Y, si no se puede renunciar a la salsa, la denominada al pesto, es la mejor opción, aunque sin abusar.
Sea cual sea la opción, en todos estos casos, un buen consejo, la pasta tiene que hervirse el día de antes. La cuestión no es otra que así mantiene su índice glucémico, es decir su nivel de azúcar, por lo que engorda menos que si la preparas y la consumes al momento, que es cuando engorda realmente.
¿Y la pizza? Tampoco es un problema. Sólo hay que saber elegir. Opta por las vegetales y, mejor, si llevan la masa integral. Ya verás como puedes darte un pequeño capricho sin tener que llevarte un susto horroroso en la báscula al día siguiente.