Muchas chicas deciden ir a centros en los que un experto les realice la pedicura. Sin embargo, un pinchazo imprevisto con las tijeras para cutículas o diferentes problemas, pueden hacer que la sesión de pedicura se convierta en un calvario. Es importante que los centros mantengan unas normas de seguridad básicas:
– Utensilios abiertos o usados repetidamente después de un tratamiento previo
Aunque no lo creas, existen diferentes infecciones por estafilococos y miles de casos documentados de infecciones bacterianas y fúngicas por el mal uso de los instrumentos de pedicura. Las herramientas contaminadas son la causa número uno de las infecciones. Mohos, bacterias y virus son más propensos a entrar en contacto con los clientes cuando los instrumentos son compartidos.
– Esterilización con líquidos
Una correcta esterilización mata los gérmenes y ofrece la mejor protección. No tengas miedo de preguntar o comprobar los líquidos que utilizan para esterilizar. Las herramientas deben “bañarse” durante unos 10-15 minutos con el fin de desinfectar.
– Baños de pies
Los pies suelen ser un caldo de cultivo para las microbacterias (que puede producir forúnculos), las verrugas, pie de atleta, hongos en las uñas, etc. Todos estos problemas crecen mucho más en un ambiente cálido y húmedo. Se deben lavar los pies antes de someterse a la pedicura.
– Un entorno desordenado
La suciedad, el desorden, y sistemas de ventilación y filtración del aire pobres hacen que los gérmenes se reproduzcan con facilidad. Los especialistas deben lavarse las manos entre cliente y cliente.
– Herramientas desechables
Su nombre lo indica, por lo que estos instrumentos deben tirarse cada vez que se utilizan con un cliente.