Uno de los principales problemas del cuerpo femenino es la acumulación de grasas en abdomen y glúteos, siendo además unas zonas propensas a perder firmeza. Con dos sencillos ejercicios, se pueden conseguir buenos resultados. Además, no requieren de mucho esfuerzo, aunque sí de constancia.
Los ejercicios
La tabla que hay que hacer, por lo menos tres veces a la semana, se centra en dos ejercicios, siendo uno de ellos específico para el abdomen y otro para los glúteos, aunque con ambos pueden trabajarse de forma simultánea las dos partes.
El primero de ellos consiste en tumbarse en el suelo con la espalda y las plantas de los pies bien apoyadas y con los brazos extendidos a lo largo del cuerpo. Desde ahí, hay que elevar el abdomen hasta que forme una diagonal con el cuerpo, de manera que solo quedarán apoyados los pies, la parte superior de la espalda y la cabeza.
A continuación, hay que elevar un pie para completar esa línea diagonal, teniendo que mantener esa postura unos segundos para luego volver a la posición inicial y realizar el movimiento con la otra pierna. Un proceso en el que, si se contraen los glúteos todo el rato, se trabajan a la vez.
Y, precisamente para los glúteos, hay otro ejercicio que es bastante sencillo. En primer lugar, hay que ponerse de pie con las piernas separadas a la anchura de los hombros y manteniendo la espalda bien erguida. Las manos tienen que cerrarse la una sobre la otra a la altura del pecho.
Desde esa posición, hay que flexionar las rodillas mientras se va bajando el tronco hacia el suelo, pero sin llegar a él. Es como si te fueras a sentar en una silla. Para que este ejercicio sea efectivo, hay que fijarse bien en que las rodillas no sobrepasen la punta de los pies cuando se ha bajado el tronco. Aquí, si el abdomen se contrae durante todo el movimiento, que hay que repetir 15 veces, también se trabaja y se pueden conseguir buenos resultados.