En más de una ocasión hemos hablado del la importancia de cuidar la piel para protegerla del sol y para que el bronceado no cause ningún daño en la salud. Unas pautas en las que hemos incidido sobre todo en los productos y tratamientos que hay que seguir. Sin embargo, hoy vamos a hablar de cómo cuidar el cuerpo por dentro para que el bronceado sea bonito y saludable. Son pautas que tienes que añadir al resto de consejos.
Los cuidados
Y la clave no es otra que los alimentos que se ingieren. Ya es sabido que hay frutas, verduras y hortalizas, como puede ser la zanahoria, que ayudan a ponerse moreno. Pero la importancia de la alimentación en el bronceado va mucho más allá. Y es que hay alimentos que ayudan a preparar el cuerpo y otros a broncearse.
Para sacarle el máximo beneficio a los rayos solares, sin perder salud, antes de exponerse al sol es conveniente preparar el organismo. En esta etapa es importante consumir productos integrales como puede ser el pan, el arroz o la pasta para tener un mayor aporte de vitamina B.
También se precisan antioxidantes como los que se encuentran en los frutos rojos o en el vino. Las vitaminas son igualmente esenciales y se pueden ingerir a través del consumo de frutas o zumos. Los mejores son los de zanahoria y de arándanos.
En esta primera etapa son vitales las verduras porque muchas de ellas estimulan la melanina, ayudando a que la piel se broncee. Entre las más recomendables, no te olvides de incluir en tu dieta los tomates, las espinacas y la calabaza.
Y, a la hora de exponerse al sol, no hay que dejar de tomar vitamina C, que está presente principalmente en las naranjas y los kiwis, así como en los frutos rojos. También son una fuente importante verduras como la coliflor y las espinacas.
La vitamina E debe formar parte de la dieta en esos días, ingiriéndola a través de las legumbres –una opción más refrescante es tomarlas en ensaladas-, así como los frutos secos.