Estar a dieta puede ser realmente aburrido y monótono. Comidas repetitivas, eliminación de alimentos… son situaciones habituales al tener que bajar de peso. Sin embargo, se puede apostar por una cocina creativa que no suma calorías. La clave está en salsas sanas y elaboradas con productos naturales y poco calóricos que dan un toque diferente a cada plato.
Las salsas
Una de las salsas más comunes es la vinagreta en la que se mezcla aceite y vinagre en su formato más sencillo. Un toque diferente puedes dárselo si, por ejemplo, troceas pimiento rojo y verde y lo añades. Es ideal para combinar con ensaladas o bien con pescados hervidos o a la plancha, así como con mariscos como los mejillones. Además, si te gusta, también puedes añadirle un ligero toque de cebolla o bien de cebollino u otras hierbas.
La salsa de yogur es igualmente una de las más beneficiosas para no subir kilos en la báscula. Y, para restarle aún más calorías, elige un yogur desnatado. Quedará menos densa, pero permite cubrir los alimentos y aporta mucho sabor, sobre todo, a las carnes blancas. Si te gusta la mostaza, es el momento de añadir también una pequeña pizca.
La salsa rosa también es una buena aliada, pero en este caso tendrás que trabajar más en la cocina porque no es aconsejable comprarla ya preparada porque llevan más grasas, conservantes… nada beneficiosos. Además, restas calorías si utilizas una mahonesa light y reduces la cantidad de kétchup, que es mejor sustituir por una salsa de tomate natural.
Menos conocida es quizá la salsa de setas, pero que combina muy bien con ensaladas de pasta o bien con carnes. Realmente es baja en calorías porque tan apenas tienen aporte calórico.
Y, finalmente, puedes optar por cremas de verduras porque, si quedan espesas, puede ser una buena alternativa para acompañar otros platos. Las mejores son las de calabaza porque es de las menos calóricas, aunque puedes ir alternando hortalizas y verduras según te apetezca y te lleve la imaginación.