Seguir una dieta nunca es sencillo, ya que cada día tenemos muchas tentaciones alimentarias que, en un momento, nos pueden desbaratar el esfuerzo de toda la semana. Pero eso no significa que sea imposible ya que, con algunos trucos, podemos sortear las tentación y finalmente mirarnos al espejo para vernos como nos gusta.
Para evitar tentaciones lo mejor es dejar una comida a la semana en la que comas lo que te apetezca. Eso no significa que tengas que darte un gran atracón, pero sí tomarte ese plato calórico que te hace la boca agua o darte el gusto de comerte ese dulce que viste el otro día en la pastelería. El hecho de no tener que privarte de ese alimento aunque tengas que esperar unos días para tomarlo te ayudará a ser constante en la dieta y además, estimularás el metabolismo, con lo que evitarás estancarte en la dieta.
Cuando te notes estresada y pienses que sólo un buen trozo de chocolate te ayudará a calmar los nervios respira profundamente y sal a dar un paseo, que te relajará y te hará olvidar la comida o, si no te apetece intenta concentrar la mente en una actividad, como hacer un crucigrama, leer un libro, etc.
Controla las raciones: No te compres ese envase grande de helado, porque una vez que lo abras será muy difícil parar de comer. Elige envases y tamaños pequeños, para controlar más fácilmente lo que comes.
Aleja los alimentos de la vista: Muchas veces es la visión de la comida lo que nos impulsa a tener hambre. Guárdala en los armarios y el frigorífico para que el hambre no te asalte.
Finalmente, si no puedes evitarlo, cae en la tentación. Eso sí, al día siguiente continúa con la dieta como si no hubiera ocurrido nada, haciendo un poco más de ejercicio para paliar el exceso.