Muchas personas tras las fiestas navideñas comienzan una dieta para bajar los kilos de más que se han cogido con las comidas. Y es un buen inicio para depurar el organismo, volver a la normalidad y seguir con la operación bikini. Y es que, aunque es habitual empezar la puesta a punto en primavera, se precisa de más tiempo para lucir una buena silueta en verano. Ya que, previsiblemente, se ha realizado en estos días una dieta detox, conviene saber que hay alimentos que es importante no consumir o reducir su ingesta para poder eliminar las toxinas y obtener resultados.
Los alimentos
Uno de los alimentos con los que hay que tener cuidado es con el azúcar. Y no solo con las cucharaditas que puedes poner en el café o en la infusión, sino también con todas las cantidades que hay ocultas en muchos productos alimentarios. El azúcar aporta muchas calorías y ayuda a ganar peso y, por el contrario, no aporta nutrientes al organismo.
Los alimentos procesados y precocinados nunca es bueno tomarlos, al menos, de forma continuada. El motivo no es otro que su alto contenido en grasas saturadas, sal y conservantes. Todo ello hace que aumenten las toxinas en el organismo. Es siempre mejor tomar alimentos frescos y cocinarlos de manera saludable.
Una explicación similar se aplicaría a los fritos, que tienen muchas calorías y favorecen que las grasas se transformen en sustancias, que son perjudiciales para el organismo y para la salud, aparte de no ayudar a bajar de peso y a estar en forma.
La sal también está en este listado de productos. Consumida en exceso, favorece la retención de líquidos, además de sobrecargar la actividad de los riñones. En consecuencia, se dificulta que las toxinas se eliminen.
Y, aunque la cafeína siempre se dice que es buena para la celulitis, cuidado porque, si se consume excesivamente, irrita el organismo, en concreto, las vías urinarias y el intestino. Así se dificulta la salida de las toxinas por las vías naturales del cuerpo.
En más de una ocasión se ha hablado de los efectos nocivos del alcohol para la belleza. Y tampoco es bueno para este objetivo. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. Se produce una sobrecarga de los riñones y del hígado. Aparte, aumenta el riesgo de deshidratación.
Y, finalmente, están las carnes rojas, que son ricas en grasas saturadas, por lo que son menos saludables para el organismo. Además, suelen contener más toxinas y son poco digestivas.
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