Las algas y la belleza


A la mayoría de nosotras, cuando nos hablan de las algas, nos viene a la mente la imagen de las orillas de las playas repeltas de hojas verdes y marrones tras una tormenta. Quizá también, sobre todo si somos apasionadas de la comida japonesa, las hayamos comido. Pero debemos saber que las algas, por su alto contenido en aminoácidos, minerales, oligoelementos y vitaminas son un gran aliado para nuestra belleza, y de hecho son utilizadas tanto en tratamientos estéticos como en spas y centros de belleza.

La más conocida es la espirulina, de la familia de las algas azules, que tiene propiedades hidratantes y aumenta la capacidad regenerativa de nuestra piel, por lo que es de gran ayuda para retrasar el envejecimiento cutáneo y mejorar la aparienecia.

Para hacer una mascarilla reafirmante para el rostro con algas azules sólo necesitas una cucharadita de algas azules en polvo y agua, la cantidad que te indique en el prospecto. Mezcla las algas y el agua y aplica la mascarilla en el cuello y en el rostro mediante un masaje suave que durará unos tres minutos. Después dejamos actuar la mascarilla durante diez minutos. Pasado este tiempo, nos la retiramos lavándonos la cara con agua fría.

Las algas también se utilizan para combatir la celulitis y la retención de líquidos, aunque en este caso se utiliza otro grupo de algas, las algas verdes.

Para darnos un masaje anticelulítico con algas mientras nos bañamos, sólo debemos llevar las algas a la bañera y frotarlas contra nuestro cuerpo realizando movimientos circulares durante unos 20 minutos sobre todo en las zonas donde se acumula la grasa. Para que el efecto sea pleno, no debemos mezclar las algas con gel ni ningún otro producto. Realizando este tratamiento una vez por semana no sólo eliminaremos la grasa sino también favoreceremos nuestra piel.

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