Que nuestro cuerpo sude es saludable. El sudor sirve para controlar la temperatura de nuestro organismo. El problema aparece cuando la sudoración es excesiva, lo que casi siempre resulta muy desagradable y, en según qué situaciones, puede jugarte una mala pasada.
Las personas que sudan en exceso padecen lo que se conoce como hiperhidrosis. Sus glándulas sudoríparas trabajan muy activamente aunque la temperatura del cuerpo no sea demasiado alta, lo que se traduce en problemas de relación con los demás y en una autoestima baja. Lo importante es controlar la situación y ponerle solución, por la tiene.
Algunos consejos prácticos
La cantidad de sudor que nuestro cuerpo destila varía en función de cada individuo y de la actividad que se esté realizando, pero hay personas que por unas causas u otras sudan más de lo normal. Puede ser por antecedentes familiares, un efecto secundario de algunos medicamentos o por el estrés. El caso es que, más grave que la propia hiperhidrosis, es daño psicológico que causa.
La excesiva sudoración suele conllevar situaciones embarazosas y problemas de relación con otras personas, debido al desagradable olor corporal, entre otras cosas. Si tienes problemas con el sudor, sobre todo en verano, aquí tienes algunas recomendaciones para mantenerlo bajo control: además de mantener la higiene diaria, puedes usar un desodorante específico extrafuerte y aplicarlo varias veces al día. En verano usa ropa de fibras naturales, amplia y ligera y, a ser posible, que no sea blanca para que el sudor no se note tanto. Controla el estrés; es uno de tus peores enemigos en lo que al sudor se refiere.
Existen tratamientos médicos para cuando el caso es realmente grave, como la aplicación de corrientes eléctricas de baja intensidad, o las inyecciones de toxina botulínica que logran bloquear las glándulas sudoríparas. Ambas funcionan bien y son efectivas.