Acaba con la celulitis en las piernas

celulitis
La piel de naranja está muy bien para las propias naranjas, aromatizar con ellas la casa, hacer manualidades…, pero no para que esté en las piernas. Acabar con ella no es fácil. Sin embargo, sí se pueden tomar medidas para que desaparezca de los muslos. Y es que, además de cartucheras, también hay mujeres que ven cómo la parte trasera de sus piernas empieza a acumularla. Con un ejercicio, se puede contribuir a que vaya desapareciendo o, al menos, a que sea menos evidente y visible al ojo humano. Es un muy sencillo y se puede hacer en casa en cualquier momento.

El ejercicio

Uno de los principales enemigos de la celulitis es el ejercicio físico. Por ello, incidimos en la importancia de “moverse” todos los días y de hacer actividades que son específicas para combatirlas. En esta ocasión, nos vamos a centrar en la parte trasera de los muslos.

Lo primero y principal que se necesita es tener ropa cómoda. En segundo lugar, es preciso para mantener bien el equilibrio contar con una barra –puede ser el palo de la escoba si no se tiene una barra de fitness en casa-, o bien una silla del salón que tenga el respaldo alto para que no se arquee la espalda y se pueda mantener recta.

Una vez elegido el punto de apoyo, hay que colocarse frente a él y sujetarse con las manos. Las piernas tienen que estar paralelas. Desde esta posición inicial, hay que empezar ya con el ejercicio, iniciando primero el movimiento con una pierna para luego ir alternando con la otra.

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De este modo, hay que doblar la pierna por la rodilla hacia atrás como si quisiéramos tocar el glúteo con el talón del pie. El movimiento tiene que hacerse lentamente y, si dispones de algunas pesas para el tobillo, se pueden poner para tener que hacer un mayor esfuerzo. Posteriormente, hay que bajar la pierna otra vez para que el pie vuelva a estar apoyado en el suelo.

De esta manera, se trabaja toda la parte de atrás del muslo. Mientras se hace el movimiento, la otra pierna tiene que permanecer sin moverse, pero con la rodilla ligeramente flexionada en una posición en la que se esté cómoda para evitar dañar la articulación.

Una vez que se ha hecho el ejercicio 15 veces con la misma pierna, hay que cambiar para hacerlo con la otra. Con cada pierna, es conveniente realizarlo tres veces al día. Y, como siempre, constancia y también un poco de paciencia porque el efecto no es inmediato pero, si se hace todos los días, se termina viendo que la piel de naranja está menos pronunciada y que la piel tiene un aspecto mucho más liso.

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