Las personas que hacen de forma continuada dietas o que llevan toda su vida tratando de bajar de peso suelen tener un metabolismo más lento que, a su vez, puede llevar a que tengan más dificultad para adelgazar y más propensión a coger kilos de más, aunque no se excedan en la comida. Activar el metabolismo es posible para aumentar su actividad y evitar los desequilibrios en el organismo que se producen por su lentitud. La alimentación es una buena alidada. Para conseguirlo, tan solo tienes que incluir en tu día a día una serie de alimentos y prescindir de otros.
Alimentos que activan
Dentro de los alimentos que activan el metabolismo encontramos los lácteos. Para conseguirlo, lo recomendable es tomar tres productos lácteos como leche o yogur, o también queso, para que el cuerpo pueda quemar los lípidos y grasas más fácilmente. El motivo no es otro que el alto contenido en calcio de estos productos, que acelera ese proceso de combustión.
También son ricos todos los alimentos con capsaicina porque activa el metabolismo y ayuda a mejorar el consumo y gasto de calorías, aparte de hacer que la persona se sienta más saciada. Entre ellos, por ejemplo, están los pimientos.
El jengibre tiene muchas propiedades para la salud y la activación del metabolismo es una de ellas, gracias a que tiene un alto contenido en antioxidantes, lo que le dota de esta particularidad.
Y, finalmente, están todos aquellos alimentos que contienen Omega-3. Su secreto es que reducen la hormona llamada leptina, lo que aumenta la velocidad del metabolismo. Por ejemplo, se pueden tomar nueces y los pescados.
Alimentos que no te ayudan
Este listado está formado por un único ingrediente: el azúcar porque no es nada beneficioso para activar el metabolismo. En su lugar, si no puedes prescindir de endulzar el café o una infusión, puedes utilizar estevia o sirope de agave, que tienen un índice glucémico bajo e, incluso, pueden ser empleados por algunas personas diabéticas.
Otra buena alternativa es la canela que, por ejemplo, aporta un buen sabor al yogur. Está comprobado que un cuarto de cucharadita al día contribuye a que bajen los niveles de glucosa en aproximadamente un 30%, aparte de ayudar a reducir la grasa y el colesterol.
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