Las piernas y, sobre todo, los muslos es una de las partes en las que antes se nota la flacidez conforme van pasando los años, además de influir también otros factores como la falta de ejercicio, cambios de peso u hormonales… Como siempre en cuestión de belleza, la mejor arma es la prevención y cuidarse un poquito todos los días a través de sencillos gestos que ayudan a estar mucho mejor.
Los consejos
En el caso de los muslos también es posible combatir la flacidez con pequeños buenos hábitos diarios, que se integran en el día a día sin dificultad. Uno de los principales consejos es hacer ejercicio.
Pero no es necesario macharse en el gimnasio, sino que se pueden hacer actividades sencillas y simples como es el caso de caminar una media hora o unos 40 minutos todos los días con un paso rápido, además de tratar de subir escaleras y no coger el ascensor, utilizar menos el coche y el transporte público…
En definitiva, tener el cuerpo en movimiento siempre que se pueda porque así se consigue recuperar y hacer más músculo, dejando pocas oportunidades a que pueda aparecer la flacidez.
También es muy importante mantenerse bien hidratada, teniendo que beber en torno a dos litros de agua al día para que la dermis esté en su nivel de hidratación óptimo, lo que ayuda a que permanezca firme y elástica.
A la hora de la higiene personal, es fundamental no ducharse ni bañarse con agua excesivamente caliente. El motivo principal es que el agua con una temperatura demasiado elevada ayuda a que aparezca la flacidez y a deshidratar la piel. De este modo, siempre que se pueda, hay que evitarlo o bien permanecer menos tiempo bajo el agua caliente.
Y, finalmente, otro consejo clave es el sol. Hay que tener mucho cuidado en sobreexponerse a los rayos solares porque favorecen la flacidez y las arrugas, además de los ya otros conocidos efectos adversos y antiestéticos como son las manchas.