El clima tiene efectos visibles en el aspecto del cabello, sobre todo la lluvia y el viento, frecuentes en invierno. También la humedad, el aire seco y frío y el calor artificial hacen que el pelo sea frágil y difícil de manejar. Las recientes investigaciones han identificado tres tipos de Síndromes que afectan al cabello en mayor o menor grado.
Algunos estudios realizados por expertos en el cuidado del cabello y sus principales problemas señalan diversas afecciones capilares:
El Síndrome del Pelo Sahara, que se encuentra en la zona centro peninsular, se nota por un pelo quebradizo, seco y encrespado causado por los cambios bruscos de temperaturas. La calefacción y el uso frecuente del secador asociados a las temperaturas suelen deshidratar el cabello.
El Síndrome del Pelo Triste, típico en Galicia, Asturias y País Vasco, provoca un pelo apagado y sin brillo, debido a la lluvia y la alta humedad del aire asociada a la falta de sol.
El Síndrome del Pelo Gorro, sobre todo presente en el área del Cantábrico y en los Pirineos, tiene por síntoma un pelo sin volumen, pegado, grasiento en la raíz y estático en las puntas. El uso de gorra o sombrero produce mayor sudoración en el cuero cabelludo, dejando en la raíz una sensación de suciedad y un aspecto reseco en las puntas que quedan expuestas al viento, frío y lluvia.
En el caso del Síndrome Pelo Sahara hace falta controlar la humedad de la atmósfera del hogar. Se recomienda aplicar semanalmente un acondicionador hidratante y utilizar cepillos de cerdas naturales en vez de plásticas.
En cuanto al Síndrome del Pelo Triste, hay que dejar secar el pelo a una temperatura baja, restringir el uso de rizadores y planchas de alisado y utilizar productos de fijación que realcen el brillo del cabello.
Finalmente, para combatir el Síndrome del Pelo Gorro, se puede lavar el cabello con champú purificante para quitar el exceso de suciedad y la aplicación de una protección acondicionadora intensa.