Nueva rutina de belleza

El verano requiere de una nueva rutina de belleza, que va más allá de los cambios de textura, hacia productos más ligeros para permitir que la piel respire. Una máxima que hay que tener en cuenta tanto para el rostro como para el cuerpo.

De este modo, es clave optar por cremas con ácido hialurónico y ceramidas porque nutren al cuerpo y aportan a la piel lo que necesitan, ya que el verano es un período en el que las personas se duchan más y se está más en el agua, ya sea piscina o playa. Una situación que lleva a la necesidad de equilibrar la barrera hidrolipídica.

Y, por supuesto, al hablar de verano, siempre hay un producto que sale a relucir: el protector solar. Hay que utilizarla adecuadamente. Y aquí es donde se cometen uno de los errores más habituales: nunca hay que utilizar la crema solar del año pasado porque los protectores solares se degradan cuando entran en contacto con el exterior. Esto hace que, si se emplea el del año anterior, no se está bien protegido frente a los rayos solares.

Esto lleva a incluir en la rutina de belleza la limpieza para eliminar los restos de productos, pero también de sudor y la suciedad acumulada en el día a día. Este gesto debe hacerse mañana y noche para garantizar que la piel puede respirar correctamente.

No hay que olvidarse tampoco de la exfoliación, que debe ser suave, ni dejar de usar el retinol. Precisamente, en este último producto, surgen muchas dudas. La realidad es que no hay por qué prescindir de él durante los meses estivales, ya que tiene un gran poder antioxidante, aparte de ser un escudo del ADN.

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Consejos básicos

Exfoliar la piel es importante en primavera. Una rutina que debe hacerse una vez a la semana para eliminar las células muertas que se han ido acumulando durante el inverno, lo que contribuye a que recupere su vitalidad.

Además, es fundamental realizar una limpieza diaria porque, con la subida de las temperaturas, la piel es más grasa y se ensucia más. De esta manera, se recomienda hacer una doble limpieza, que se inicia con un limpiador en aceite y otro con base acuosa. Esto permite evitar los puntos negros.

Y además

Sobre esa base, en primavera hay que proporcionar otros cuidados a la piel. Uno de ellos es la hidratación en profundidad. Esto se consigue con el llamado slugging, que consiste en cubrir la cara con un humectante antes de acostarse. Esto evita que la piel pierda agua. No obstante, hay que tener cuidado porque suelen emplear vaselina, ingrediente que no es apto para todo tipo de pieles como las grasas porque puede taponar los poros.

Durante el día también hay que incidir en la hidratación con hidratantes ligeras en textura gel porque no asfixian la piel y se absorben rápidamente, dejando el cutis fresco. El ácido hialurónico también está especialmente indicado.

En el caso de pieles sensibles, la solución pasa por usar cremas calmantes para evitar la mayor propensión en esta época del año a irritaciones, picores, sequedad o brotes de granitos. Entre las más idóneas figuran aloe vera, caléndula o manzanilla.

Y también es importante no abusar del maquillaje para que la piel transpire, siendo conveniente emplear las que tengan texturas ultraligeras, así como emplear una bruma suave para refrescarla cuando se note que la piel está sudada o necesita frescor.

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Baño

El lavado de los pies es especialmente importante. Sin embargo, muchas veces tampoco es objeto de atención como sucede con la piel del rostro o el cuero cabelludo. Lo mejor es sumergirlos en una palangana de agua tibia o fría con unas gotas de aceite de menta, romero o árbol de té y dejarlos sumergidos durante unos 15 minutos. A continuación, hay que secar muy bien con una toalla, especialmente, entre los dedos.

Otra opción es un baño de mar relajante para lo que hay que añadir una cucharada de sal marina en agua tibia o fría y unas flores de lavanda o unas hojas de menta.

Hidratación

La hidratación es otra de las claves, especialmente, en verano. Para ello, se recomienda aplicar una loción o gel no graso de urea, ácido hialurónico o vitamina B. Sea cual sea el producto, siempre se debe extender bien dando un masaje con movimientos circulares. Este proceso es mejor hacerlo por la noche para no resbalar con los zapatos. Así, además, la loción o gel podrá actuar mientras descansas.

Mascarillas y más

Las mascarillas también son para los pies. En muchas marcas y centros de belleza, puedes encontrar específicas para esta parte del cuerpo. Si se prefieren naturales, entre la mejores figuran aquellas que contienen manteca de karité con un plátano triturado o aguacate.

Y, por supuesto, no hay que olvidarse de la exfoliación. Aunque también se venden productos específicos, si opta por lo natural, se puede elegir entre las de limón y sal.

Las cataplasmas son a su vez útiles para las rugosidades, partes duras o dañadas. Un buen remedio casero es poner dos rebanadas de pan blanco sin costra y dos rodajas de cebolla en un bol con un vaso de vinagre. Tras dejar macerar 24 horas, se aplica sobre las zonas rugosas con el pan escurrid y la cebolla. Hay que dejarlo actuar media hora o bien toda la noche.

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Exfoliación

Para lucir un cabello revitalizado, una de las principales claves es la exfoliación. Es importante realizarla una vez a la semana, haciendo un uso como si fuera un champú. De este modo, lo que se consigue es eliminar todas las impurezas que quedan adheridas en el pelo, quitándolas a fondo.

Este proceso es especialmente importante porque estas impurezas suelen taponar o ahogar el bulbo piloso, lo que evita que el cabello se oxigene de forma adecuada y crezca correctamente. Si se mantiene ese ahogamiento, el pelo se ve apagado y sin vida.

Y es que el cuero cabelludo es el responsable de que el pelo nazca sano y con la fuerza necesaria para que se vea bien, con independencia de que se opte por la melena o por lucir un corte de pelo corto.

Ampollas

Además de la exfoliación, la otra clave para revitalizar el cabello en casa es emplear ampollas intensivas. Estos productos son reparadores y son fáciles de usar. Por ejemplo, se pueden emplear como tratamiento de choque en aquellos casos en los que se necesite un SOS, sustituyendo así a la mascarilla.

De hecho, suelen tener la misma textura, aunque hay diferencia en los ingredientes de ambos productos. Si el pelo necesita mucha revitalización, se puede hacer uso de las ampollas, pero luego es posible ir alternando ambos productos.

Y, ¿cómo se aplican las ampollas? Siempre es importante leer bien y seguir las instrucciones que se indican. No obstante, de forma generalizada, se puede decir que es suficiente con dejarlas actuar entre uno y tres minutos.

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Corte

Uno de los errores más habituales es no cortar las puntas del cabello. Hay personas que esperan a que se abran e, incluso, no las cortan si quiera cuando están abiertas para no perder largura.

Es un error porque, cuando están abiertas, hacen que el pelo se siga deshilachando y se vea más estropeado de lo que realmente está. Para evitarlo, es suficiente con cortar un par de centímetros cada tres meses. Además, se puede usar un spray sellador de puntas.

Mojado

Otro error habitual es salir a la calle con el pelo mojado y recogido, por ejemplo, en una coleta. Esto dificulta la oxigenación del cuero cabelludo hacia las puntas, lo que hace que el pelo sea más quebradizo.

Calor

Usar el secador o los productos de peinado con una temperatura excesiva crea fisuras en el pelo, lo que hace a su vez que pierda suavidad y brillo. Para evitarlo, un buen truco es aplicar antes un protector térmico y no poner nunca la boquilla del secador justo encima del cepillo para evitar el bloqueo y que el calor sea el doble.

Exfoliación

Otro error habitual es no incorporar la exfoliación capilar, que es clave para evitar que el pelo crezca sin brillo y débil. Polución, humo, ácaros… se adhieren al pelo y asfixian el cabello. Con exfoliar el pelo una vez cada quince días puede ser suficiente.

Además, la exfoliación tiene otras ventajas porque puede ayudar a mantener la grasa a raya y la caspa, aparte de favorecer la entrada de más oxígeno al pelo y los folículos. Esto hará que el cabello esté más fuerte.

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Textura

La elección de la exfoliante es especialmente importante porque, aunque todas pueden eliminar las células muertas, tienen otra serie de características en función de su composición.

Por ejemplo, están las que ayudan a combatir granitos, rojeces o bien las manchas porque son blanqueantes. Pero, además, no hay que olvidarse de la textura. Es mejor elegir siempre aquellas que tienen un granulado pequeño, en polvo o enzimático –es decir procedente de frutas-, porque dañan menos la piel.

Aplicación

Muchas personas tienden a aplicar la exfoliante con las manos. Sin embargo, es mejor utilizar una esponja de fibra vegetal o bien un cepillo de ducha de cerdas naturales. Con estos productos, se consigue extender mejor la crema y dar el masaje para que los granitos actúen.

Además, al no estar en contacto directo con las manos, se garantiza una mayor higiene y que puedan transferirse bacterias a la piel en un momento en el que está un poco más sensible por la exfoliación.

Con independencia de que utilices la esponja o el cepillo, siempre la exfoliación debe hacerse con movimientos rotatorios suaves y hacia arriba. El motivo no es otro más que favorecer a su vez la circulación para activarla.

Zonas clave

Y, por supuesto, dentro de la exfoliación, hay que prestar atención a una serie de zonas clave. Entre ellas, están todas aquellas que son rugosas como es el caso de rodillas y codos. En el rostro, es imprescindible la zona T.

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Luminosidad

Es habitual que en esta época del año, la piel pierda luminosidad. La clave para evitarlo está en utilizar en invierno –incluso durante todo el año-, cremas que contengan vitamina C. Además, a la hora de utilizar maquillajes, una de las mejores soluciones es emplear maquillaje con polvo de perlas.

Limpieza

En esta época del año es necesario extremar la limpieza de la piel, siendo preciso poner un especial cuidado y mimo. Así es mejor dejar a un lado las fórmulas jabonosas para dar prioridad a los oleogeles o productos que incluyan leches o aceites vegetales.

Y, a la hora de secar la piel tras limpiarla o bien lavarla, es conveniente no frotarla fuerte para no resecarla más. Es mejor dar pequeños toques con la toalla.

Rojeces

La aparición de rojeces en la piel es muy frecuente en esta época del año porque la dermis está mucho más sensible. En estos casos, lo más adecuado son sesiones de láser vascular o luz pulsada. No obstante, si el problema no es muy grave, la solución pasa por reforzar la hidratación para evitar la sequedad, que muchas veces es la fuente del problema.

Manchas

El invierno también es la época ideal para tratar las manchas a través de peelings o tratamientos con láser en centros especializados. No hay que olvidarse de que no debe dar el sol hasta un mes después del tratamiento como mínimo.

Renovación

Con el frío, la piel no se renueva tan rápido como en otras épocas del año. Esto se traduce en una mayor acumulación de células muertas. Una de las mejores opciones para evitarlo es el PRX-T33, que es un tratamiento con unos efectos similares a los de un peeling, pero que revitaliza y proporciona luminosidad al cutis. Además, no descama la piel. En algunos casos, puede ser conveniente combinarlo con láser o radiofrecuencia para potenciar los efectos.

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Limpieza facial

En esta época del año, es conveniente cambiar el limpiador facial porque no se suda tanto como en el verano. Es mejor optar por un tónico más natural y con menos sustancias químicas como, por ejemplo, las aguas micelares.

La exfoliación tampoco puede faltar para eliminar todas las células muertas, que suelen aumentar por la exposición solar. Es un paso previo necesario para conseguir el máximo resultado al aplicar productos como el sérum, aceites y otros cosméticos con probióticos para que se conserve mejor la luminosidad de la piel y el rostro tenga ese efecto radiante.

Protección

En el invierno, la piel tiene que protegerse del frío y del viento y también de los rayos UV, que están ahí durante todo el año. Así se evitará que la dermis se note más seca. La opción es una crema hidratante facial con factor de protección solar, que sea adecuada para la piel que tengamos y para la actividad. Y es que no es lo mismo pasear por la ciudad que hacer deportes al aire libre.

Cuidados interiores

En invierno, se tiende a beber menos agua porque no hace calor y no se suda. Es un error. Se debe beber para que la piel esté perfectamente hidratada. Lo recomendable son ocho vasos de agua al día, aunque se pueden tomar infusiones como el té verde o blanco o bien una manzanilla.

Es importante evitar el consumo de cafeína y de alcohol porque tienen efecto deshidratante. Si se toma, habrá que extremar los cuidados, bebiendo más agua y con cremas que aporten una mayor hidratación.

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Beneficios

La exfoliación del pelo es fundamental para que el cabello no tenga células muertas, aparte de para limpiar bien el cuero cabelludo y eliminar cualquier resto de suciedad o de tintes, así como de aceites o sérums.

La eliminación de estos restos es clave con el fin de evitar que se vayan quedando y que, con el paso del tiempo, estén atrapados en el bulbo y obstruyan los folículos capilares. Esta obstrucción dificulta el crecimiento del pelo, además de favorecer su caída y que se vea con menos brillo y cuerpo.

Los beneficios de la exfoliación aún van más allá porque ayuda a controlar el exceso de grasa en el cabello y a retirarla en el pelo para evitar que quede acumulada y el cuero cabelludo se vea más graso todavía.

Cómo exfoliar

La piel del cuero cabelludo es muy delicada por lo que es importante hacer una exfoliación con cuidado para no dañarla ni irritarla. De este modo, también es clave no hacerla con mucha frecuencia. Aunque dependerá de cada caso, lo más idóneo es exfoliar una vez a la semana o cada 15 días. No obstante, siempre debe hacerse una vez al mes como mínimo.

A la hora de exfoliar el cabello, siempre se deben elegir productos específicos para este fin. Antes de su aplicación, se debe lavar la cabeza con un champú con pH neutro para, luego, aplicar el producto exfoliante.

Tras dejarlo actuar el tiempo que se indique en el producto –puede variar entre marcas como sucede con las mascarillas-, se aclara con abundante agua. Es importante finalizar todo el proceso con un sérum calmante para evitar irritaciones capilares.

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Beneficios

El vapor tiene muchos beneficios para la piel. El principal es que facilita que se abran los poros por lo que hace más fácil que los cosméticos que se emplean penetren mejor y más rápido.

Un motivo, por ejemplo, por el que siempre se dice que es mejor exfoliarse en la ducha porque, con el valor del agua, los poros están más abiertos y se puede limpiar la piel mejor.

Sin embargo, el vapor de la ducha no es el único que es beneficioso. Hacer baños de vapor específicos para el rostro es igualmente positivo para el cutis. Y es que las células muertas se eliminan más fácilmente.

Además, es más rápido y se quita mejor la suciedad que se acumula en los poros y que no siempre se van con los productos de limpieza o de exfoliación porque se quedan en una capa más superficial de la dermis.

De esta manera, se consigue que la piel no tenga aspecto apagado y, por el contrario, se vea más luminosa y libre al cien por cien de impurezas.

¿Cómo se emplea el vapor?

Para que la piel se beneficie de todas estas ventajas, es importante hacer bien el baño de vapor, que además es más efectivo que exponerse solo al vapor de la ducha. Es fácil hacerlo. Tan solo se tiene que poner un bol con agua caliente o bien utilizar un vaporizador.

La piel del rostro debe exponerse a este vapor que se emana, siendo conveniente que te cubras la cabeza y el bol –por ejemplo con una tolla-, para que vaya directamente hacia la cara y facilitar que no se pierda el calor.

El tiempo que tienes que estar tomando ese vapor es de aproximadamente unos diez minutos. Luego, ya puedes aplicar el tratamiento que emplees para continuar purificando la piel, hacerte una mascarilla o bien aplicar la crema hidratante, nutritiva o antiarrugas –según el caso-, que emplees. Con tan solo hacer este proceso dos o tres veces al mes, es suficiente para lucir una piel perfecta.

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Cuidados adicionales

Dentro de los cuidados que son específicos para el verano de la piel grasa está la utilización de un protector solar para proteger la dermis de los rayos solares y de las radiaciones.

Evidentemente esto tiene que hacerse con independencia del tipo de piel que se tenga. Pero es clave en el caso de tener una piel grasa. El motivo no es otro más que, como hemos comentado, que las altas temperaturas y los rayos solares dilatan aún más los poros de la piel.

Para evitarlo, no queda más remedio que utilizar todos los días una protector solar específico para el rostro y que tenga un factor solar de protección alto.

Pero, además, hay que tener en cuenta que este protector solar debe ser de textura ligera y efecto matificante, además de estar libre de aceite y no ser comedogénico. De esta manera, se controlará también el exceso de sebo.

Igualmente, es recomendable utilizar algún sérum antiporos que contenga ácido salicílico, así como hidratantes con vitamina B3 o niacinamida. Un producto este último que está especialmente indicado cuando los poros son muy evidentes o son más visibles por el paso de los años.

Brillos

En esta época del año también es habitual que la piel brille más no solo por la grasa y su aumento que puede proliferar porque los poros se abren más, sino también por el sudor.

Por este motivo, es importante utilizar aquellos productos que ayudan a acabar con los brillos de la piel y que también se pueden emplear durante el resto del año. Es el caso, por ejemplo, de todos aquellos que inhiben el sebo y unifican la textura de la piel.

De este grupo forman parte las lociones hidratantes, cuyas fórmulas contienen extractos de zinc, árbol de té, aceite de jojoba o sebulyse, entre otros. También son muy efectivas las mascarillas de arcilla o de carbón vegetal.

Otras opciones o productos complementarios para el cuidado de la piel grasa son las brumas antibrillos y antiporos, que suelen incluir zinc, para purificar, calmar y matificar la piel. Su aplicación en spray es además muy cómoda, rápida y fácil de realizar. Aparte, te ayudará a fijar el maquillaje para que esté perfecto si lo aplicas encima.

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Claves previas a la depilación

Antes de depilarte, es bueno seguir unos pasos para que el proceso sea más fácil y más llevadero. Uno de ellos es exfoliar la piel justo el día antes de la depilación.

De esta manera, será más sencillo eliminar el vello porque la piel se habrá descamado y el pelo estará más levantado. Además, se reducen las posibilidades de que se enquiste algún pelito.

Sin embargo, la exfoliación no debe hacerse después de la depilación porque se puede dañar la piel. Es conveniente esperar una semana como mínimo para volver a exfoliar.

Además, es clave no tomar el sol antes de la depilación, aunque esto tampoco se debe hacer después de eliminar el pelo para que no se dañe la piel ni se favorezca la aparición de manchas. Como mínimo, hay que dejar pasar 24 horas.

Claves para depilarse

Durante la depilación, es fundamental que no se quite el vello en zonas que tengan heridas, manchas o lunares para no causar daños sobre la dermis y el área afectada que, incluso, podría infectarse.

Trucos para después de la depilación

Una vez se ha terminado la depilación, es importante hidratar muy bien la piel. Esto debe hacerse con independencia del método elegido para eliminar el vello. Las cremas de aloe vera son una excelente opción.

Además, también se puede aplicar de forma periódica un inhibidor de pelo para retrasar su crecimiento y su aparición para que tarde más en salir y se esté bien depilada durante más tiempo.

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Aplicación

La exfoliación, como todo proceso de belleza, tiene sus secretos y sus claves. Una de ellas se centra en la aplicación. El proceso debe comenzar limpiando el rostro bien. Sobre esta base, hay que comenzar a aplicar la exfoliante con un masaje, empezando por la frente y siguiendo por la nariz y las mejillas para continuar por el mentón y el cuello. Además, también se puede bajar hasta el escote.

El masaje tiene que hacerse de manera suave, utilizando las yemas de los dedos y haciendo movimientos circulares a la vez que se ejerce una ligera presión sobre la zona para que el producto haga su efecto. En el masaje, sobre todo, es importante incidir en la denominada zona ‘T’ –es decir nariz, frente y mentón-, que es donde habitualmente se acumulan más impurezas.

Retirar

Una vez se ha terminado de dar el masaje, hay que retirar el producto con agua y discos de algodón o toallitas, entre otras opciones. Es importante lavar bien el rostro con agua fría para retirar todos los restos de exfoliante, aunque también puedes utilizar agua termal. Luego, hay que secarla con una toalla, pero de forma suave. Bajo ningún concepto hay que frotar.

Hidratación

Todo el proceso tiene que terminar con una adecuada hidratación. Es muy importante aplicar la crema hidratante tras exfoliar porque la piel está mucho más receptiva. Es el momento ideal también para sérums, mascarillas…

Frecuencia

A pesar de los beneficios de la exfoliación para la piel, hay que tener cuidado con la frecuencia con la que se realiza porque no hay que abusar para no tener efectos secundarios negativos.

Y es que la piel tiene un ciclo de renovación celular de entre 26 y 28 días por lo que, si se hace una exfoliación frecuente, no da tiempo de crear células nuevas y, por lo tanto, la dermis queda desprotegida frente a las agresiones.

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Los consejos

El paso más importante para mantener la piel sin brillos en las dermis mixtas o grasas comienza por seguir unos buenos hábitos de higiene, que deben realizarse dos veces al día. De esta manera, al levantarse y antes de ir a dormir, es fundamental utilizar un desmaquillante indicado para este tipo de pieles, que sea libre de aceites y que no produzca granitos. También es conveniente que sea purificante para eliminar las bacterias que causan estos problemas en el cutis, aunque no debe ser agresivo para no dañar la piel y evitar que se produzca el efecto contrario.

El tónico facial es otro de los productos esenciales que no puede faltar en la rutina de belleza. Siempre hay que aplicarlo después de haber limpiado el rostro para que se reequilibre la piel y recuperar el pH cutáneo. Un producto que tiene que elegirse sin alcohol para que la dermis no se seque en exceso.

La piel mixta y grasa también precisa de hidratación, aunque pueda parecer lo contrario. Para conseguirlas, es recomendable utilizar tratamientos que se la proporcionen y que tengan una textura fresca como la del agua termal, geles o lociones. Igualmente, es posible emplear los que incluyen en su formulación ácido salicílico, que además ayuda a la exfoliación y disminuye la hiperseborrea, así como zinc, que es cicatricante, combate la aparición de bacterias y dificulta la secreción sebácea.

Y, finalmente, no hay que olvidarse de la exfoliación propiamente dicha para retirar células muertas y el exceso de sebo. En este caso, lo más conveniente es optar por un exfoliante químico en lugar de uno de arrastre para que las esferas que tienen no se queden en los poros y se obstruyan.

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Los pasos

Como cualquier parte del cuerpo, el escote tiene que exfoliarse. Es suficiente con aplicar una crema o gel exfoliante una vez al mes. Pero, además, en la ducha diaria hay que seguir con la adecuada higiene de la piel de esta zona del cuerpo, siendo conveniente utilizar guantes de exfoliación suaves para no alterar la piel ni el manto hidrolipídico.

La hidratación es otra de las claves para lucir un escote perfecto. En este caso, lo recomendable es que se aplique la crema hidratante a diario tras limpiar la piel, además de no olvidarse de beber agua para que el cuerpo también esté hidratado por dentro.

Los cuidados con las cremas no acaban aquí porque siempre, aunque sea invierno o solo se vaya por la calle, se tiene que proteger del sol. El objetivo es mantener la piel en buen estado y evitar la aparición de manchas y de arrugas. Así que hay que poner protección solar específica para esta parte del cuerpo, que tiene la piel más sensible, y optar por un alto factor protector.

Y, finalmente, no hay que olvidarse de tonificar la zona para que la gravedad no afecte al pecho ni a la musculatura de esta parte del cuerpo. Además de hacer algunos ejercicios específicos, un buen hábito es mantener siempre la espalda erguida y utilizar tirantes con sujetadores anchos para que no se claven y dejen marca.

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