La piel atópica se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas que se inflaman y enrojecen, que se extienden por todo el cuerpo, especialmente en los pliegues de la piel, como codos, rodillas, detrás de las orejas, etc. Desde un punto de vista estético, además, estas lesiones que resultan muy visibles y no siempre son fáciles de disimular, por lo que muchas veces nos vemos obligadas a ocultar dichas partes del cuerpo o a cubrirlas intentando que pasen lo más desapercibidas posibles lo cual, a la larga, puede empeorar el problema.
Para evitar esto, podemos proporcionar a este tipo de piel una serie de cuidados para evitar el enrojecimiento excesivo de las lesiones y lograr así que pasen desapercibidas sin afectar a nuestra belleza:
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