Estas son las dos rutinas que debes interiorizar si quieres tener un rostro bien cuidado, tengas la edad que tengas, sea tu cutis como sea, tengas arrugas, acné o una piel de porcelana. Son los dos tratamientos de belleza esenciales que nunca, y digo nunca, pueden faltar en tu aseo diario.
La explicación es sencilla: si no cumples a rajatabla con estos dos mandamientos, nada de lo que hagas después servirá para algo. No malgastes la carísima crema antiarrugas que compras. Si no la aplicas sobre una piel limpia y sin poros obstruidos, sus componentes no penetrarán como es debido y no actuarán como han de hacerlo. Por tanto, recapacita y piensa: de hoy no pasa.
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