Los ingredientes

Para hacer esta mascarilla natural para reducir las arrugas, tan solo se necesitan cuatro ingredientes: yogur natural sin azucarar, miel, plátano y naranja. Todos ellos tienen propiedades beneficiosas para el cutis. Además, se complementan muy bien.

Por ejemplo, el yogur es una excelente hidratante, aparte de aportar una gran luminosidad al rostro, mientras que la miel es un gran antioxidante, lo que permite ayudar a reducir las arrugas y a retardar su aparición. También contribuye a que la piel esté más firme.

De sobra es conocido el aporte de vitamina C que tiene la naranja y que es clave para la piel con el fin de reducir también las arrugas y ganar en firmeza porque permite restaurar la producción de colágeno, que se va perdiendo con el paso de los años y conforme la piel va envejeciendo.

Y, finalmente, está el plátano. Quizá es una fruta que es menos conocida para este tipo de tratamientos, pero también es muy buena. Y es que tiene un alto contenido en potasio, que es uno de los minerales básicos para reducir las arrugas.

Preparación

La preparación de esta mascarilla es muy fácil. Tan solo hay que triturar el plátano y añadirle el yogur natural, poner dos cucharadas de miel y el zumo de dos naranjas. Todo se mezcla bien y se extiende sobre el rostro como una mascarilla convencional.

Tras dejarla actuar unos 20 minutos, se retira con abundante agua templada para que no quede ni rastro. Luego ya se puede aplicar la crema antiarrugas que se emplee diariamente.

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Ingredientes

Esta mascarilla natural para recuperar la luminosidad de la piel se prepara con tan solo tres ingredientes. Para ello, necesitarás yogur -aproximadamente una cucharada-, miel de la que deberás poner también una cucharada y dos fresas maduras.

Estos ingredientes aportan vitalidad y luminosidad a la piel porque son ricos en diferentes vitaminas y minerales. Por ejemplo, el yogur natural tiene un alto contenido en calcio, además de ser probiótico y contener ácido láctico y vitaminas B y D.

La miel también está especialmente indicada porque tiene una gran capacidad para hidratar y nutrir, aparte de calmar la piel, mientras que las fresas son excelentes antioxidantes y concentran un perfecto cóctel de vitaminas para la dermis.

Preparación

La preparación de esta mascarilla natural es muy fácil de hacer. Tan solo debes lavar las fresas y triturarlas para hacer como un puré. Posteriormente, añade la cucharada de yogur y la otra cucharada de miel. Todo ello se tiene que mezclar bien para crear una especie de masa o crema homogénea.

Aplicación

Una vez tengas la crema realizada con los ingredientes, es el momento de aplicarla. Su uso es como el de cualquier otra mascarilla natural. Lo mejor es aplicarla sobre el rostro limpio y seco, evitando acercarse en exceso a la zona de los ojos y al contorno de los labios.

Una extendida, solo tienes que esperar 15 minutos para que actúe. Pasado ese tiempo, se retira con abundante agua tibia. Notarás el resultado de forma inmediata. Además, puedes hacerla varias veces a la semana con independencia de que la piel esté o no bronceada.

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Pepino

Una de las mejores mascarillas que se pueden hacer en casa para rejuvenecer los labios es la que tiene como base el pepino. Además, para su preparación, también se necesitará yogur natural.

El primer paso es pelar el pepino y luego hacer unas rodajas, que deberás trocear en pequeñas porciones para mezclarlas con el yogur natural. Puede ser suficiente con utilizar medio pepino y una cucharada sopera de yogur.

Los ingredientes tienen que mezclarse bien para crear una crema para aplicar sobre los labios. El resto es como una mascarilla normal. Tienes que dejarla actuar unos 15 minutos y retirar con agua .

Si no tienes mucho tiempo, la versión más rápida y fácil de este remedio es cortar las rodajas de pepino y colocarlas directamente sobre los labios. Verás como hay una mayor hidratación, no tendrás las pieles antiestéticas, y la boca parecerá mucho más joven y jugosa

Aceite de argán

Para mantener unos labios jóvenes o bien rejuvenecerlos, la clave está en la exfoliación. Muchas personas se olvidan de realizar esta rutina de belleza, pero es totalmente fundamental.

Aunque las tiendas se venden productos específicos, también es posible preparar en casa un exfoliante casero con el que se consiguen muy buenos resultados.

Para su preparación, precisas un poco de azúcar moreno y unas gotas de aceite de argán. Una vez hecha la mezcla, solo hay que frotar suavemente los labios. Tras haber acabado, se retira con agua.

Para conseguir una mayor hidratación y regeneración de la piel de los labios, puedes aplicar, tras hacer la exfoliación, una mezcla de aceite de coco, gotas de limón y aceite esencial de lavanda.

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Infusiones

Una de las mejores maneras de acabar con la hinchazón del cuerpo es tomar infusiones, aunque pueda parecer extraño porque inicialmente es añadirle líquidos al cuerpo.

Sin embargo, son totalmente necesarias y, sobre todo, de gran ayuda cuando se toman después de comer y a lo largo del día.

Entre las más idóneas están, por ejemplo, el té verde, la manzanilla, la menta, el laurel o el poleo blanco. También es muy digestiva la salvia porque, a su vez, ayuda a evitar el reflujo o acidez.

Especias

Son otros de los grandes aliados para acabar con la hinchazón del cuerpo. El más idóneo es el jengibre, así como el comino. Últimamente, también está muy de moda el agar-agar, que es un polvo que se obtiene del alga del mismo nombre.

Proteínas

Es importante no abusar de las proteínas porque generan muchas sustancias de desecho lo que se traduce en una mayor proliferación de los gases.

Sin embargo, tampoco hay que evitar ingerirlas porque son necesarias para que el hígado fabrique albúmina que ayuda a eliminar los líquidos. Entre las proteínas más adecuadas están los huevos, el pescado azul y la carne blanca.

Vitaminas y minerales

Son otros básicos que deben formar parte de la dieta diaria. Y es que, por ejemplo, la carencia de vitamina B6 provoca que el riñón no elimine bien el sodio. Además, el potasio es fundamental para mantener el equilibrio hídrico y compensar los niveles de sodio.

La vitamina C es igualmente clave porque ayuda a contrarrestar la formación de radicales libres, que provocan la retención de fluidos en las células.

Flora intestinal

El desequilibrio de la flora intestinal hace que aparezcan gases y otros problemas digestivos. Por este motivo, es importante tomar algo fermentado como, por ejemplo, el yogur, el kéfir o el miso, aparte de ingerir más fibra.

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Espárrago

Los espárragos son un buen alimento. Entre sus ventajas, destaca el hecho de que ayudan a desintoxicar el organismo, además el de ser una gran fuente de potasio. Esto facilita reducir el abdomen. También tiene otros beneficios como las pocas calorías y el alto contenido en fibra.

Huevo

Aunque este alimento ha estado siempre en el punto de mira, lo cierto es que ahora las últimas investigaciones han demostrado que es muy saludable y que se puede comer un huevo todos los días. Eso sí nunca es conveniente que lo tomes siempre frito, aunque lo hayas cocinado con aceite de oliva virgen extra.

El huevo tiene un alto valor biológico y es muy rico en vitaminas porque contiene todas, menos la C. Aparte, es un gran aporte de vitamina B12 y de ácido fólico. De hecho, con tan solo comer un huevo, ya se ingiere el 15% de la dosis diaria recomendada de vitaminas A y D.

Naranja

Esta fruta es imprescindible en la dieta por su alto contenido de fibra y por su aporte de vitamina C. Además, es de gran ayuda para disminuir el colesterol y la tensión arterial. Pero, sobre todo, la debes incluir en tu dieta porque ayuda a controlar el peso, al ser un alimento muy saciante.

Tomate

Este producto de la huerta es rico en licopeno, que protege la visión. Pero, además, tiene otros beneficios porque es antioxidante y antienvejecimiento. De esta manera, se protege la piel ante la falta de algunas carencias en la dieta.

Lentejas

Son muy conocidas por su aporte de hierro, pero también tienen muchas proteínas. Aparte, son muy bajas en grasas si se cocinan solo con aceite de oliva y con verduras.

Yogur

El yogur desnatado es uno de los mejores alimentos para bajar de peso y también para mantenerlo. Además de sus propiedades en relación al calcio y la vitamina D, también destaca su aporte de potasio.

Es un producto que tiene pocas calorías, aunque siempre es recomendable tomarlo natural y sin edulcorantes añadidos. Se puede ingerir como postre o tentempié entre horas para evitar picoteos innecesarios.

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Elaboración

Para preparar esta mascarilla, necesitaremos una cucharada de arcilla verde y otra de arcilla blanca. Ambas tienen que mezclarse con un poco de agua mineral, removiendo bien para que se cree una pasta consistente como la de cualquier otra mascarilla.

Además, con el fin de que sea un poco más untuosa, se pueden añadir otros componentes como el aceite de jojoba o el aceite de oliva, o bien germen de trigo, porque ayudan además a hidratar la piel en profundidad. Pero tendrás que poner solo unas gotas para que no quede una base demasiado aceitosa.

Si todavía necesitas purificar la piel mucho más, a esta mascarilla se le pone unas gotas de aceites esenciales y aguas florales, siendo las mejores las de manzanilla, rosas o neroli.

En el caso de que quieras que la piel quede más luminosa, una buena opción es añadir a esta mezcla unas gotas de zumo de naranja natural y una cucharada de yogur. Si el problema son los granitos o el acné, es mejor incorporar a la base de arcillas y agua unas gotas de aceite de lavanda o de árbol de té.

Aplicación

Una vez tengas ya hecha la mezcla, esta mascarilla se tiene que utilizar como otra que hayas comprado. Las debes extender bien sobre el rostro para lo que puedes ayudarte de un pincel. La aplicación nunca tiene que hacerse cerca de los ojos ni de la boca, siendo necesario dejar una pequeña distancia entre estas zonas y la mascarilla.

Luego, hay que esperar unos 15 minutos con el fin de que haga efecto para, a continuación, retirarla con agua. El resultado es una piel libre de toda impureza y en la que notarás que se ha eliminado el exceso de grasa gracias a la arcilla verde. Además, la dermis se verá regenerada por el efecto de la arcilla blanca.

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La mascarilla

Ya se sabe que las frutas son productos que tienen un gran impacto y que son muy beneficiosas para el cuidado de la piel. Y la granada es una de las mejores porque posee un alto poder antioxidante, que ayuda a prevenir las arrugas y a atenuar las primeras líneas de expresión.

Precisamente, esta fruta -además ahora que se encuentran fácilmente en el mercado-, es la base de la mascarilla que vamos a realizar y para la que igualmente se necesita un yogur natural.

El proceso es muy sencillo. Tan solo se precisa una granada pequeña o bien la mitad. Hay que pelarla bien y desgranarla, depositando los granitos en el vaso de la batidora. A continuación, tan solo hay que añadir el yogur. El siguiente paso es mezclarlo bien para que quede una pasta uniforme.

Esta mezcla se tiene que extender sobre el rostro limpio y siguiendo los mismos pasos que con una mascarilla convencional. No obstante, en este caso, sí es conveniente poner una capa lo más gruesa posible tanto por la cara como por el cuello y el escote.

El tiempo de espera para que actúe es de entre 20 ó 30 minutos. Pasado este período, se debe retirar con abundante agua y sin frotar para evitar que los restos de los granitos de la granada rasquen e irriten la piel. El resultado es una piel más lisa, con arrugas menos visibles y con más luminosidad.

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Las claves

Una de las principales claves es tomar fibra, pero en la medida justa. El motivo es que facilita la movilidad de los intestinos y propicia la evacuación de todos los restos de comida que se acumulan en el bajo vientre. Sin embargo, tampoco hay que excederse ni elegir mal la fibra para que no se produzca justo el efecto contrario.

Lo más recomendable es tomar verduras como judías verdes y borraja, así como pan y cereales integrales –mejor que sean tostados y con poca levadura-, y frutas como las manzanas, membrillos, cítricos, peras, plátanos y ciruelas. Igualmente saludables para este objetivo son las berenjenas, boniatos, zanahorias o calabazas.

A la hora de tomar verduras, hay que tener cuidado con las que producen gases como es el caso de las coles de Bruselas o brócoli, así como las alcachofas. Cautos también se debe ser con las legumbres como las habas o las judías secas. Y, sobre todo, siempre hay que mascar bien y comer despacio para que los alimentos no fermenten y no se generen gases.

En la dieta diaria tampoco hay que olvidarse de otra clave: el yogur. Es muy importante tomar uno cada día. Una buena opción son los que incorporan bífidus porque ayudan a digerir las fibras que causan los gases, aparte de contribuir a mantener la flora intestinal y evitar el estreñimiento.

También hay que beber agua. Aunque se piensa lo contrario, lo cierto es que no produce hinchazón, sino que contribuye a aumentar el volumen de la fibra y, en consecuencia, se favorece la evacuación.

Y, aún hay un último gesto, dar masajes circulares en la zona, siguiendo el movimiento de las agujas del reloj y comenzando desde la parte baja del vientre hacia el ombligo para acabar en el área en el que se comenzó. La clave está en que también ayuda a combatir el estreñimiento y favorece el tránsito intestinal.

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La mascarilla

El principal ingrediente que se necesita es la miel. Este producto es un imprescindible en la belleza porque tiene numerosas propiedades. Además, también hay que tener a disposición un yogur natural no azucarado y un limón.

Con estos tres ingredientes ya se puede empezar a preparar la mascarilla. En primer lugar hay que coger un recipiente no muy grande, pero que permita mezclar todos los productos que se necesitan. Tras este paso, hay que verter algo de miel, el yogur y poner unas gotas de limón.

A continuación, se tienen que amasar bien los ingredientes con la ayuda de una cuchara de madera para formar una pasta homogénea y espesa. Cuando ya esté, se tiene que aplicar sobre el rostro limpio, de manera que toda la piel de la cara se cubra de uniformemente, pero dejando distancia en el entorno de los ojos y de los labios tal y como se hacen en el resto de mascarillas.

Tras la aplicación, tienen que pasar unos 15 minutos aproximadamente para proceder a retirar la mascarilla con agua abundante y tibia. El siguiente paso, es secar bien la cara, pero con suavidad y poner un tónico después y la crema que se usa diariamente.

De este modo, se nota que la piel tiene menos fatiga de forma inmediata, lo que es de utilidad para las emergencias, además de notarse un efecto más prolongado cuando se hace una vez por semana.

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