Gestos fáciles

Tener un vientre plano requiere seguir una alimentación adecuada y también hacer ejercicio. Pero hay sencillos gestos que se introducen en el día a día que permiten conseguirlo o bien observar alguna mejora.

Lo más fácil es trabajar la posición corporal. De este modo, hay que estirarse desde la coronilla, pero recogiendo un poco el mentón hacia dentro con el fin de que quede totalmente alineada la columna. Con este gesto, el vientre desaparece porque se mete hacia adentro, pero se contribuye a mejorar la musculatura de esta zona, facilitando que se defina y, en consecuencia, parezca menos abultado.

Tratamientos

Para tener un vientre plano también es posible utilizar cremas. Entre las más recomendadas figuran las que incorporan principios como la centella asiática, péptidos, coenzima Q10 o extracto de germen de trigo para ganar en firmeza. Además, se pueden combinar con las que contienen quemagrasa como la L-carnitina, cafeína, abedul, algas o guaraná.

Las envolturas de arcilla son otra opción. Es conveniente realizar el tratamiento una vez a la semana, durante unos 20 minutos, con algas o bien arcilla verde en la zona abdominal. Esto permite eliminar toxinas, aparte de ayudar a reducir la grasa localizada.

Y, en cabina, hay otros tratamientos como aquellos que combinan la radiofrecuencia y la electroestimulación. De este modo, se consigue reducir grasa y trabajar la musculatura. De hecho, se cree que una sesión de este tipo de tratamientos equivale a hacer 20.000 abdominales. No obstante, todo tratamiento siempre debe ser realizado por un especialista en centros autorizados.

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Los tratamientos

En los centros de estética existen numerosos tratamientos. Aunque siempre se debe tener en cuenta a la persona, y ponerse en manos de profesionales, con el fin de elegir el que mejor resuelva el problema.

Uno de ellos es Cryaback. En este caso, consiste en un tratamiento en el que se combina la alternancia de temperaturas altas y bajas, de entre 40 grados centígrados a menos 5 grados centígrados, con la electroterapia.

La unión de ambas técnicas permite impulsar un consumo de energía con capacidad de movilizar la grasa local y tonificar los músculos. Es posible llegar a perder entre 3 y 6 centímetros alrededor de la cintura. En general, se recomiendan 15 sesiones, aunque ya se ven los resultados desde la cuarta, percibiéndose una silueta más afinada.

Otro tratamiento es el llamado Venus Legacy, que se basa en un equipo que utiliza la radiofrecuencia multipolar y pulsos magnéticos. Así se produce un calentamiento en las capas más profundas de la piel, permitiendo disminuir la grasa localizada y la flacidez. Se aconseja realizar unas 8 sesiones, aunque depende de cada persona.

Y, finalmente, está el Detox Body. Está especialmente indicado para aquellas personas cuyo problema es la retención de líquidos. Además, mejora la circulación y elimina toxinas, recuperando la cintura. Para ello, combina varias técnicas o sistemas. Entre ellas, está la conocida como Indiba o energía electromagnética, con el Lipomasage con LPG, apoyado en la vacumterapia, y la presoterapia.

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Nalgas caídas

Tener o haber pasado más tiempo sentadas, pasa factura. Esto se traduce en verse el trasero caído. En estos casos, la solución pasa por un cosmético remodelador con colágeno para tonificar la zona.

Es importante aplicarlo con fricciones fuertes y alternas con las palmas. De este modo, mientras una mano sube presionando, la otra baja para soltarlo. Luego, se deben hacer movimientos rotatorios fuertes con los nudillos.

Brazos poco definidos

En el caso de los brazos, la clave está en usar una crema reafirmante para tensar los tejidos. Su aplicación tiene que hacerse masajeando desde los codos hasta los hombros para drenar toda la zona.

Piel flácida

Y otro problema habitual es la piel flácida. Aquí se pueden proporcionar varios cuidados. Uno de ellos es acabar la ducha con chorros estimulantes de agua fría, que deben ir desde los tobillos hacia arriba para mejorar la circulación sanguínea. También es fundamental emplear una crema reafirmante y que contenga componentes como la centella asiática, yuzu, té verde, vitis vinifera o vitaminas E y C.

Volumen en el vientre

Pasar más tiempo sentado, también hace que aumente el volumen en la zona abdominal. Para combatirlo, lo mejor es apostar por la cosmética reductora. Este tipo de productos están elaborados para actuar en las zonas rebeldes. Además, incluyen activos que favorecen la combustión de grasas. Entre ellos destacan, por ejemplo, la cafeína, té verde o algas.

Su correcta aplicación es esencial. Lo mejor es extender el producto con movimientos circulares en sentido de las agujas del reloj alrededor del ombligo.

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Ejercicio

Conseguir lucir un vientre plano pasa inevitablemente por ejercitar el tren inferior. Y es que todo el trabajo que se hace en esta zona del cuerpo redunda de forma positiva en el abdomen.

Esto permite, además, conseguir mejores resultados y reforzar los logros que se consiguen con los abdominales y otros ejercicios específicos para la cintura y el abdomen.

Trabajar el tren inferior tiene también otra serie de beneficios. Uno de ellos es que genera más masa muscular, ya que de cintura para abajo se activan más músculos que de cintura hacia arriba.

Y, aparte de trabajar el tren inferior, se debe trabajar todo el core. Es un término que alude a la pared muscular que envuelve todo el tronco, como si fuera una faja, incluyendo las vísceras y la columna.

El fortalecimiento de esta musculatura interna es clave porque contribuye a fortalecer todo el cuerpo. Aparte mejora la postura y evita las lesiones.

Abdomen

Y, por supuesto, hay que activar el abdomen, que es clave para conseguir este objetivo de un vientre plano, así como para mejorar la postura. Para ello, es de ayuda respirar profundamente y sentir como si el ombligo se pegara a la espalda.

Una postura que se debe mantener durante unos segundos para volver de nuevo a la inicial y así sucesivamente. En todo este proceso, no hay que olvidarse de controlar la respiración para conseguir buenos resultados.

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Vientre

Para tener un vientre plano y sin flacidez, uno de los mejores tratamientos es la mesoterapia con silicio orgánico, ya que ayuda a reestructurar las fibras de colágeno. Esto permite que la piel esté más tersa.

Este sistema consiste en unas inyecciones subcutáneas –no suelen doler-, que se ponen en la zona del abdomen. Los resultados pueden notarse ya en la primera sesión, aunque se perciben más a partir de la tercera.

Brazos y rodillas

Estas dos zonas forman parte también de las más complicadas en las mujeres. En esta ocasión, la solución pasa por los hilos tensores. Es un sistema con el que se obtienen buenos resultados en las rodillas y en la cara interna de los brazos.

El tratamiento consiste en insertar con una aguja los hilos tensores para crear una malla que redensifica la piel. El efecto tensor máximo se produce a los cuatro meses y suele durar un año y medio aproximadamente.

Glúteos

Y, ¿qué se puede hacer en los glúteos? La solución pasa por el tratamiento RXZ, que pone el foco en la parte alta de los muslos y en la baja de los glúteos. En este caso, se emplean unos activos lipolíticos y reafirmantes que penetran con la ayuda de un inyector y de unos guantes remodelantes. Son necesarias varias sesiones. En general, se calcula entre 10 y 12, aunque todo depende del estado inicial de la persona.

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Calorías líquidas

Muchas veces se presta atención a las calorías que se ingieren con la comida, pero no con la bebida. Y esto es especialmente importante porque se debe tener en cuenta el alcohol o los zumos, sobre todo, los industriales, entre otras bebidas que suman calorías y que, además, tienen mucho azúcar. Esto favorece que las grasas se asienten en el vientre.

Gas

Siguiendo con las bebidas, aún hay otros errores que, en esta ocasión, están relacionadas con aquellas bebidas que tienen burbujas, gas… Esto favorece que en el vientre se acumule más aire y, en consecuencia, se produzca más hinchazón en esta zona abdominal.

Sal

La sal es necesaria para el cuerpo humano, pero en su justa medida. Los alimentos demasiado salados o cocinar con mucha sal juega en contra de tener un vientre plano porque se produce retención de líquidos y también más hinchazón.

Carbohidratos

Los carbohidratos son controvertidos porque hay dietistas a favor y otros en contra. En este caso, lo que está claro es que los carbohidratos refinados no son favorables para lucir vientre plano porque tienen azúcar y muchas calorías. Es conveniente pasar así de todo lo que lleve harinas blancas.

Precocinados

Y, finalmente, hablamos de otro enemigo: los alimentos precocinados. Este tipo de productos tienen demasiada sal y azúcar y grasas trans, que evitan tener un vientre plano.

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Azúcar

El azúcar y los carbohidratos refinados encabezan el ranking de los peores enemigos para tener un vientre plano. La clave está en que aumentan el apetito, además de desequilibrar el nivel de glucosa en sangre y los niveles de insulina, que son los causantes de la acumulación de la grasa en el abdomen.

Para tomar carbohidratos, la mejor opción es elegir siempre aquellos que son complejos porque son ricos en fibra como el arroz y el pan, pero que sean integrales.

Carne

Con la ingesta de carnes también hay que tener cuidado. En concreto, con las grasas saturadas que están presentes en las carnes rojas, embutidos, lácteos sin desnatar, fritos y pasteles.

Igualmente, se deben evitar las llamadas grasas trans, que se encuentran en la bollería industrial porque, una vez se han ingerido, van directas a acumularse en la zona del abdomen.

Siempre que sea posible, conviene reducir su consumo o evitarlo. Y, ¿qué carnes comer? Las más recomendables son las carnes magras como el pavo, pollo o conejo.

Bebidas

Y, para tener un vientre plano, se debe vigilar lo que se bebe. Y, en concreto, las bebidas light. Aunque lleven esta palabra en su etiqueta, lo cierto es que aumentan el volumen del abdomen por los ingredientes que contienen y por las burbujas.

Además, un error habitual es comer más o ingerir más bebidas de este tipo al pensar que tienen menos calorías y, por lo tanto, es posible permitirse algún capricho que, al final, suele ser más de uno.

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Pescados

El pescado es uno de los mejores alimentos a tomar para conseguir reducir abdomen. Siempre es más conveniente comer los azules porque son ricos en grasas saludables. Es el caso de las sardinas, atún o salmón, entre otros.

No hay que olvidarse de cocinarlos de forma saludable, evitando freír, empanar o rebozar. Las mejores opciones son al horno, plancha o hervidos. Y, ¿cuánto comer? La recomendación es dos veces por semana.

Frutos secos

Las nueces también ayudan a reducir abdomen porque son muy saciantes y contienen, al igual que el pescado azul, grasas saludables. Es recomendable tomar unos 15 gramos de nueces al día.

Aceite

El aceite de oliva es otro gran aliado por el aporte de ácido oleico porque activa la grasa del cuerpo, haciendo que se consuman más calorías. No obstante, a pesar de sus bondades, no hay que excederse de tomar tres cucharadas al día.

Legumbres

Las legumbres tienen muchas bondades para conseguir un vientre plano: ricas en fibra, evitan el estreñimiento, ayudan a mantener el nivel de glucosa en sangre, son ricos en magnesio… Son particularidades más que suficientes para incluirlas en la dieta.

Frutas y verduras

Y, para conseguir el objetivo de reducir el abdomen, no hay que olvidarse de las frutas y verduras ricas en vitamina C (reduce el cortisol, que está relacionado con el estrés y con el exceso de grasa en el vientre), otras vitaminas y antioxidantes. Se reconocen porque suelen tener colores vivos como el rojo, amarillo o naranja.

Dentro de ellas, destaca el pomelo, que además ayuda al hígado a descomponer los ácidos grasos, o la alcachofa que estimula la secreción de bilis y previene la retención de líquidos.

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Beber

Aunque suene a paradoja, para combatir la retención de líquidos, lo que hay que hacer precisamente es beber. Y, sobre todo, agua. Es recomendable tomar dos litros diarios para conseguir que los líquidos del cuerpo estén en equilibrio y no se retengan.

Infusiones

Sobre el efecto de las infusiones para tener un vientre plano, mucho se ha debatido. La verdad es que lo mejor que se puede beber es agua. No obstante, también hay tisanas que están recomendadas y no tienen por qué ser aquellas que se comercializan o que prometen ese efecto de bajar el abdomen.

Dentro de las más aconsejables, están las que son diuréticas porque ayudan a eliminar líquidos. Es el caso del hinojo, la cola de caballo, rabos de cereza, castaño de indias u ortosifón. Aunque sea una bebida natural, no conviene abusar y siempre se debe tomar con precaución por ese efecto diurético.

Depuración

Y no hay que olvidarse de depurar el organismo. Zumos naturales –pero cuidado con el azúcar- y caldos depurativos -principalmente de verduras y hortalizas como apio o cebolla- son una buena opción para ayudar a los riñones en la depuración y se eliminen las toxinas y líquidos que se acumulan en el cuerpo.

Otras opciones son los batidos de berros, apio, manzana, piña y plátano que, por ejemplo, son ideales para el desayuno.

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Las bacterias

Diversos estudios han puesto de manifiesto que mantener en buen estado las bacterias que viven en el organismo –lo que se conoce como microbiota-, es clave para tener menos grasa localizada en el abdomen.

La explicación está en que una alteración de estas bacterias produce un aumento de la resistencia a la insulina, lo que conlleva a su vez un aumento de la glucosa en sangre. Esto favorece que la grasa se acumule más en la zona del vientre.

Qué hacer

Para conseguir un vientre plano, se debe así vigilar que la microbiota esté siempre en perfecto estado porque así será más fácil acabar con la grasa abdominal. Para ello, se pueden consumir dos tipos de productos: probióticos y prebióticos.

Los probióticos son aquellos alimentos con microorganismos vivos que favorecen la flora intestinal. Es el caso, por ejemplo, de los yogures, kéfir, chucrut y otros productos fermentados.

Por su parte, los prebióticos son los que favorecen el desarrollo de las bacterias beneficiosas. Principalmente, hablamos de las frutas y las verduras.

La ventaja también de la ingesta de estos productos es que suelen ayudar también al tránsito intestinal, lo que contribuye a evitar esa sensación de pesadez y de hinchazón en el abdomen que tanto incomoda y que hace que parezca que se tiene más vientre.

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Los principales enemigos

La alimentación es uno de los principales factores que explican la ausencia de un vientre plano. En concreto, se deben eliminar todos aquellos alimentos –o bien tomar con mucha moderación-, los ricos en grasas perjudiciales como los fritos, embutidos, bollería… y que contengan un exceso de azúcares refinados.

También se debe velar por evitar los trastornos digestivos como los gases y el estreñimiento, tratando además de minimizar todo lo que se pueda el consumo de alcohol.

A parte de esto, están también los trastornos hormonales y la menopausia, que favorecen la hinchazón abdominal, así como la vida sedentaria, el estrés y tener un metabolismo lento.

El descanso

Y, aunque hay que llevar una vida activa para tener un vientre plano, lo cierto es que igualmente importante es descansar. El estrés crónico dificulta que se pierda grasa en el abdomen porque se eleva el nivel de adrenalina y de cortisol. Estos niveles más altos favorecen que se coma más y con más frecuencia para calmar la ansiedad.

Es clave así tener tiempo para el descanso y dormir bien con un sueño reparador. La falta de sueño –o si no es de calidad-, también favorece la acumulación de grasas en el abdomen.

Positivismo

Aparte, para tener un vientre plano, aún hay otro factor clave: sonreír y ser positiva. Diversos estudios confirman que una persona con síntomas de depresión tiene el doble de probabilidades de que la grasa se acumule en el abdomen.

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Cadera

La elevación de cadera con pierna es uno de los ejercicios más fáciles para trabajar el core. Se realiza tumbándose con la espalda bien apoyada en el suelo y doblando las piernas por las rodillas para elevar, luego, una pierna hasta la altura de la cadera, mientras la otra permanece doblada y con la planta del pie bien apoyada.

Desde esa posición, hay que llevar los hombros hacia atrás sin levantarlos del suelo y hacia abajo para que estén lejos de las orejas. Desde ahí, se eleva la cadera contrayendo glúteos y abdominales, de manera que se crea una línea entre hombros, cadera y rodilla.

V

Otro de los ejercicios se denomina “V” porque consiste en tener esta postura. Para ello, hay que sentarse en el suelo y llevar el peso ligeramente hacia atrás, mientras se mantiene la espalda erguida.

A continuación, se busca un punto de equilibrio y se levantan los pies del suelo con las piernas bien estiradas. En el caso de no poder estirar las piernas del todo, es mejor mantener esta postura, pero con las rodillas dobladas.

Tijeras

Este ejercicio es uno de los más fáciles de hacer y seguramente lo habrá realizado en más de una ocasión e, incluso, en el gimnasio porque es un habitual de las clases de mantenimiento.

Consiste en tumbarse con la espalda y todo el cuerpo bien apoyado sobre el suelo. Desde esa posición, se eleva una pierna hacia el techo manteniendo la espalda bien apoyada y alargando la otra pierna alineada con el suelo, mientras la otra está elevada y recta. Es importante mantener el tronco estable sin arquear la zona lumbar. Luego se cambia la posición de las piernas de forma rítmica como si fuéramos unas tijeras.

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Abdominal isométrico

Este abdominal consiste en tumbarse boca abajo y aguantar el peso sobre los antebrazos mientras el cuerpo está alineado y totalmente estirado, de manera que solo queda apoyado con las palmas de las manos y las puntas de los pies.

Luego, se gira a un lado para apoyarse en un antebrazo y, luego a otro lado, aguantando 30 segundos en cada uno de los lados.

Abdominales oblicuos

Los abdominales oblicuos con giro a ambos lados son bastante efectivos. La posición de partida es estar tumbada con las piernas dobladas y los talones y toda la planta del pie bien apoyado.

La mano se pasa por detrás de la nuca y se flexionan las rodillas en un ángulo de 90 grados. Desde esa posición, se dirige el hombro a la rodilla contraria, mientras se estira la otra pierna. Luego, se vuelve a la posición inicial y se repite el mismo movimiento con la otra rodilla y brazo.

Abdominales inferiores

Los abdominales inferiores con movimientos de pierna son también bastante efectivos. Se parte de la misma posición que los abdominales oblicuos con giro a ambos lados.

Desde ahí, se estira una pierna acercándola al suelo sin forzar la zona lumbar para, posteriormente, alternar las dos piernas.

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Técnicas y tratamientos

Una de las técnicas y tratamientos más conocidos es el drenaje linfático. La verdad es que también es uno de los más efectivos porque permiten hacer frente tanto a la retención de líquidos como a la acumulación de grasas en la zona.

Otra de las soluciones que hay disponibles se centran en romper las células grasas o adipocitos de la zona abdominal. En este caso, lo que se hace es utilizar el frío para lo que se emplea la criolipólisis.

No obstante, para este tipo de casos, también es efectivo utilizar la ultracavitación, que realiza los ultrasonidos para conseguir un efecto similar al de la criolipólisis. Además, todavía hay otra alternativa como la radiofrecuencia en el que los cúmulos de grasa se rompen o se deshacen a través de las radiaciones electromagnéticas.

En casa

Además de los tratamientos o técnicas que se aplican en centros de estética, es importante también en casa seguir unos hábitos saludables, tratando de hacer ejercicio de forma periódica y específico para el abdomen, así como optar por una dieta baja en grasas, que combata la retención de líquidos y que, sobre todo, no produzca gases.

También es muy efectivo dar un masaje circular todas las noches durante unos cinco minutos. Con este movimiento, lo que se logra es activar la circulación y mover la grasa abdominal.

Aparte, este sencillo gesto tiene otros beneficios como combatir los gases y la retención de líquidos, siendo también muy efectivo para acabar con el estreñimiento.

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Quinoa

Este alimento es uno de los últimos que se ha considerado como superalimento y todo un revolucionario en el sector de la alimentación. La clave está en que tiene pocas calorías, contiene múltiples vitaminas y minerales y aporta bastante fibra, lo que hace que favorezca la digestión y, en consecuencia, dificulta la acumulación de la grasa abdominal.

Verduras

Las verduras son también claves en la dieta para reducir la grasa abdominal. Hay varias opciones. Una de ellas, por ejemplo, es el brócoli o brécol, que es una de las mejores. Aunque forma parte de la familia de las coles y se puede pensar que ayuda aumentar el volumen de la tripa, no es así.

Y es que todo el aporte que tiene de calcio, fibra y vitaminas contribuye a que el cuerpo asimile mejor las grasas. Otro efecto beneficioso es que la cantidad de fibra que contiene también reduce la sensación de hambre, haciendo que la persona note que está llena y en consecuencia coma menos.

El apio es otra de las que se puede comer sin problemas. Entre sus bondades está ser hipocalórica, además de tener un alto contenido en fibra que ayuda a sentirse saciado antes. También es muy útil para controlar la ansiedad. De esta manera, se evita comer por ese estado de nerviosismo.

Pescados

Cuando se quiere reducir la grasa del abdomen, lo que hay que tomar es pescado azul porque aumentan la resistencia física, facilitando la capacidad del organismo de quemar grasas mediante el ejercicio. Aparte, al contener grasas saludables, se produce un efecto limpieza de aquellos lípidos que son perjudiciales para el organismo.

Frutos secos

En general, los frutos secos son beneficiosos, pero sobre todo las almendras porque tienen un índice glucémico que favorece la regulación de los niveles de azúcar en sangre. De esta manera, se activa el metabolismo y se produce una mayor quema de grasas.

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